domingo, 6 de julio de 2008

Con ella NO



No crean por un sólo segundo que ella los va a perdonar.
Se cansó de escucharlos.
Ni siquiera piensen que será víctima de ese modo enfermo de "querer" que ustedes tienen y con el que pretenden que convivan sus hijas.
Fueron muchos los años de sufrimiento. La dañaron, la asustaron, la abandonaron.
Somos muchos los que queremos protegerla. Nos tiene a nosotros y no van a poder.
Ni se imaginen que el tiempo va a hacer que ella se olvide. Esas cosas no se olvidan. Son huellas eternas del horrible transitar por la maternidad y paternidad de algunas personas.
No podemos pensar en ustedes ahora. Suponemos que algo les habrá pasado, algo terrible para que hicieran eso, pero nosotros la protegemos a ella. Encuentren ustedes su propio camino.
No se les vaya a ocurrir seguir filtrandose en sus sueños transformándolos en pesadillas. Es en serio. Basta.
Durante muchos años estuvo sola, en manos de ustedes, sintiendo que sus noches eran interminables pasillos de un infierno, que en cuotas dolorosas la terminarían consumiendo hasta matarla. Pero ella es tan especial que encontró puertas escondidas en ese abismo y pudo salir. Y nosotros la estábamos esperando.
Ella nos envolvió con su luz, esa que ustedes no vieron, porque estuvieron ocupados en lastimarla impunemente.
Ella fue transformando esa tormentosa niñez rodeada de golpes y abusos, en recursos mágicos para recrear su historia, para renacer, reinventarse. Pudo formar una familia sin todas esas sombras que asfixian a cualquier niño que las tenga como compañeras.
Mejor se olvidan de ella, de intentar convencerla de que ya todo pasó, de que esas son cosas que pasan y de que no es tan grave.
Y listo, no tenemos más nada que decirles.
Lamentablemente muchos niños son víctimas de abusos y maltratos de toda índole. Quienes trabajamos en el área de las ciencias humanas nos encontramos con esta dura realidad de manera constante. Tener en cuenta que quien ha sufrido abuso sexual o de cualquier tipo vive con la sensación permanente de peligro, de acecho, de miedo ayuda a entender un poco este relato. Porque siempre esperaron que alguien los rescatara del infierno que les tocó vivir. Rescatarlos de quienes en realidad debieron protegerlos, cuidarlos. Nuestro compromiso desde la salud es sostener con respeto de los tiempos y de las posibilidades de cada uno para resignificar la historia. No ser intrusivos, contener, comprender, acompañar.
Muchas veces, en estos años me ha tocado acompañar a mujeres que de niñas habían atravesado situaciones de abuso y en quienes su propia maternidad hace un jaque. Se reactualizan muchas situaciones del círculo violento. Sobretodo se hace carne en ellas la falta de mirada materna que las rescate, si no es que muchas veces propicia el abuso. Para pensar y estar atentos.

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