martes, 29 de julio de 2008

Las verdades


Ellos nos miran todo el tiempo.
Somos "los grandes". Esperan de nosotros palabras, gestos.
Nos miran cuando hacemos, cuando decimos. Miran qué hacemos y qué decimos.
Nos ven darle mil vueltas a algunos asuntos antes de poder explicárselos.
Nos miran mientras hacemos malabares con información que, sentimos, los puede lastimar.
Nos perciben enroscándonos en cada frase esclarecedora que no llega.
Ellos son "los chicos". Los amamos y no queremos que sufran. Entonces para protegerlos llegamos a mentirles, a ocultarles cosas que pasan en la familia, a dibujarles un sol enorme y reluciente en un día de los mas tormentosos de la historia. Y ellos también nos miran mientras lo hacemos.
Y entonces sin querer, los dejamos sin recursos para enfrentar cosas de la vida, la muerte, las separaciones, las crisis familiares. Sacamos de sus manos la posibilidad de amasar lo que les pasa a ellos con estas cosas. Seguimos midiendo desde nosotros. Creemos que ellos "no saben", "no se dan cuenta". Lo complicado es que no sólo se dan cuenta de ESO que pasa, sino también de esos malabares que hacemos para ocultarles información. Reciben un mensaje actuado y otro distinto hablado con palabras.
Nos pasa a todos como papás. Por lo menos a mí, el manual para la madre perfecta no me llegó.
Me gusta darme cuenta que nuestros hijos pueden con la verdad. Mucho más de lo que podemos nosotros mismos.
Me gusta ver como la verdad les inaugura el poder de sobreponerse. Me gusta lo simple que ven ellos nuestras grandes complicaciones. Pero sobretodo me gusta ver como nos miran cuando les decimos "esas verdades" importantes de las que ellos son parte.
Pienso acá, en situaciones complejas como simples. La separación de los padres, la muerte de algún familiar o amigo son de las más comunes para ser ocultadas, o dilatadas en su información. Pienso en la imperiosa necesidad de ser sinceros y coherentes con lo que les transmitimos.
Pienso en que nos cuesta porque queremos protegerlos, evitarles sufrimiento.. Pero el dolor, las pérdidas, las separaciones, son cosas de la vida, pasan y les pasan. Para pensar.....

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Sincerarnos con nuestro hijos.
Vernos tristes, equivocados, que reconocemos nuestros errores, mas allá de mostrarles nuestra flaqueza, les da a ellos la posibilidad de mostrar las suyas.
Mostrales que somos humanos. Que nos enojamos.
Que nos ponemos tristes.
Y está bien que así sea. Es la forma que tenemos las personas para aprender, para crecer.
Besos

Xochitl dijo...

Vero a veces es dificil decirles las verdad a los hijos sobre todo cuando no hay necesidad de que la sepan, hay cosas que si o si se tienen que hablar como bien dijiste:la separación de los padres, la muerte de algun ser querido. Pero hay otras que te guardas porque si bien no son malas, no les daña no saberlo "Ojos que no ven corazón que no siente"..
Bueno a si me manejo yo con mi hija.. estoy mal??

Verónica Tirados dijo...

No Xo, no está mal. No es que uno este contandoles a ellos toooodo lo que nos pasa a los grandes, pero hay cosas que los involucran como parte de la familia de la que forman parte. Cosas que perciben y solo con habilitar que circulen con la palabra las hacemos simples, los calmamos. Se apropian de la realidad que los rodea.
Con los chicos no funciona tanto el ojos que no ven... porque perciben todo, todo. Sienten cuando algo pasa, pero si no lo introducimos desde la verdad solo generamos que tengan miedos, imaginen cosas peores de las que suceden o sientan que no los escuchamos o no los tenemos en cuanta.

Nos maileamos. Dale?
Vero

Marcela y Sergio dijo...

Coincidimos con el comentario de Silvia. La clave puede estar en SINCERARNOS ...
Ojalá no nos equivoquemos.
Siempre es un placer leerte
Saludos Nosotros

Marina dijo...

Todavía y por suerte, no pasé por alguna situación como la describís... mi primera reacción creo que sería ocultar, para protegerlos del duro golpe... pero pensándolo un poco más creo que prefiero estar con mi hijo en una situación así, y amortiguarle el golpe yo... contarle la verdad para protegerlo estando conmigo, y no que se entere en otra situación quizá sin tenerme a su lado...porque aunque querramos ocultarles estas situaciones siempre salen a la luz y quizá es peor... porque como vos decís igualmente ellos se dan cuenta de todo, y van a percibir nuestro dolor... entonces es mejor que sepan las causas dichas por nosotros mismos...

Xochitl dijo...

Siiii Vero !!! pasa que estos han sido dias de locos y aun no me he dado el tiempo de sentarme y escirbirte. Ya lo haré pronto. Gracias por estar !!!!
Un beso

gringa dijo...

Permisoooo como estas aca devolviendo la gentileza de haberme visitado,me encanto el post la verdad es dificil en algunas ocasiones responder muchas cosas,pero como vos decis siempre,lo que ellos puedan entender,pero la base fundamental la verdad,que sepan que nos podemos equivocar,que hay cosas tristes y otras que nos hacen felices pero que asi es la vida un abrazo,con tu permiso sigo leyendo tu blog,besoss

Verónica Tirados dijo...

Hola Gringa, un placer tu visita. Me encanta tu blog, la relación que tenés con tu hija y el buen humor, infaltable para sobrellevar estos tiempos!!
Gracias por pasar.
Seguimos en contacto.
Vero

Fer dijo...

Comparto mucho la opinion, si bien no tengo hijos pero tengo ahijados uno hace tres años Ivan, Maty hace 1 año y Thiago esta por llegar. Ellos son mis hijos del alma y no me gustaria que les suceda nada feo, se que es dificil enfrentarse a veces con tantas cosas que quiza ni un adulto puede sobrellevar, pero ellos son tan fragiles que uno tiene miedo constantemente,creo que la verdad debe ir acompañada del amor y el dialogo con esos seres tan diminutos, debe existir siempre!!!

Fer dijo...
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