domingo, 15 de agosto de 2010

Mirando atrás





Que a pesar de haber egresado hace 20 años, nos encontramos y nuestros códigos volvieron a ser comunes.
Que recordamos historias contadas juntos por varias voces y miradas. Historias divertidas, adolescentes, con aquellas sensaciones de poder alcanzar todo lo que quisiéramos.
Que a pesar de que 20 años es mucho tiempo, en un segundo se hizo poco. Y al charlar cada uno volvió a aquellos lugares que siempre ocupamos en nuestro grupo.
Que nos vimos todos en la misma, laburando, criando nuestros hijos, creciendo desde muchos lugares.
Que por correr tanto, uno va dejando pasar el tiempo, deja los encuentro para mas adelante, y se pierde momentos como estos.
Que podemos estar seguros de que estos compañeros que reencontramos son parte de nuestra vida, porque caminamos juntos en un momento especial de nuestra historia.

Esas son algunas de las cosas que pensé después de reunirme con mis ex compañeros del secundario.
Vernos, reconocernos, recordar, saber del otro.

Volvimos en segundos a ser una especie de adolescentes...porque nuestro lugar común fue la adolescencia.
Las anécdotas compartidas, refrescan esas situaciones que viví hace tanto tiempo. Donde todo era intenso, como las lágrimas por el fin del curso que nos reunieron a todos en la casa de Meli sin poder contenerlas. Como los llantos por algún novio que nos abandonaba y era la "tragedia" de la semana. Como los campamentos donde afloraban nuestras ansiedades por lo que haríamos después del cole.
Como aquellos profes geniales que nos implantaron ganas de crear, crecer, generar, pensar..
O las salidas sin que mamá supiera porque ya eran muchas en la semana. O volvernos en una chata conducida por un imprudente compañero que casi nos pierde en una curva.
Como los sueños que en aquellos tiempos nos confesamos y hoy nos encontramos cumpliendo. Y también los que quedaron en el camino.

Hubo presencias y ausencias. Y revisando las fotos viejas recordamos a ese compañero que se fue hace un tiempo...
Cuantas cosas..
Que emoción.
Gracias por este encuentro a mis compañeros... (Promoción 1990 Escuela Juan Mantovani, Córdoba)

domingo, 8 de agosto de 2010

FELIZ DIA....






Feliz Día para ellos.
Porque mas allá de que todos sabemos que es una fecha comercial, no viene nada mal festejar y dedicarnos de manera especial a ellos.

Dediquemos nuestro día a festejar, a jugar, a hacerles comidita que les guste.

Dediquemos este domingo a hacerlos sentir especiales, a mirarlos y decirles cosas lindas, aunque los mas grandotes se pongan un poco reacios.
Yo dedico este festejo a mis tres lindos niños.... Eze, Luisi y Alejo
Los amo mucho..

sábado, 7 de agosto de 2010

Recompensas.


Caminaba por las calles del centro cordobes. Jueves antes del día del niño..lleno de gente.
Salía después de 7 horitas completas de consultorio, paciente tras paciente.
El celu con el manos libres intentando escuchar algo de música en la 100, pero recibiendo llamados. Un lio atender con la cartera, la campera cerrada por el frío, mi carpetita con algunas historias clínicas. Y encima intentando mirar alguna vidriera para elegir los regalitos.
Me freno en la mitad de una cuadra intentando terminar con una llamada así sigo con lo mio.
Giro para cambiar el rumbo de la búsqueda y encuentro una mirada, ojos llenos de lágrimas y una sonrisa enorme. Todo dentro de una expresión de sorpresa y apuntando hacia mi.
La reconocí debajo de una gorrita abrigada y un tapado largo. Una paciente que atendí durante unos cuatro años. Hacia como dos años que no la veía. Nos dimos un abrazo. Ella me tomó las manos y me dijo : "no sabes lo importante que fuiste para mi, lo que me ayudaste. Pusiste cuerpo y alma para ayudarme. Me llamabas y me decías que si estaba en la cama me levantara, visitara a mamá, a una amiga. Supiste al instante como eran mi marido y mi hijo, lo que pasaba en casa.
Siempre me acuerdo de vos y todo lo que trabajamos. Me conociste en uno de los peores momentos de mi vida y estuviste ahí para mi. Gracias, muchas gracias. Es una alegría encontrarte"... Y fue una alegría para mi también. En la semana se ven tantos pacientes, se corre tanto. Y escuchar esas palabras en medio de una corrida esa tarde fue genial. Yo también recuerdo a esa paciente con mucho afecto, y se lo dije. Y le recordé todo lo que puso para salir adelante, su constancia, sus ganas y su confianza en lo que hacíamos.
Los terapeutas no siempre tomamos conciencia absoluta de lo que queda de nosotros registrado en algunos pacientes... Y esta bueno hacerlo de vez en cuando..

miércoles, 4 de agosto de 2010

Pequeño monólogo

Alejo abraza a su papá y le dice: "Pa, te quiero. No tanto como la quiero a la mami, pero te quiero"...
Obvio que la mami soy yo. Y obvio que me encantó lo que dijo....