viernes, 27 de marzo de 2009

Varias cositas...


Estoy en medio de muchos procesos juntos.
Me esta costando escribir un post que me guste y publicar.

Entonces, de pronto supe que en realidad esto mismo que me tiene pensando y ocupada es motivo de un post.

Con el comienzo de las clases se disparó el año. Volví a atender en el centro, los pacientes regresaron de las vacaciones, Eze arrancó su último año de la primaria, Alejo hizo su adaptación en salita de cuatro.

Estoy en proyectos de trabajo, leyendo, buscando información, datos, reacomodando mis horarios según va surgiendo la necesidad de hacerlo.

Tengo un par de pacientes que estan en procesos duros, necesitan mucho de la atención, el cuidado y la mirada y me gusta responder a esas demandas con lo mejor de mi, y eso tambien conlleva un esfuerzo distinto al habitual.
Nunca pude colgarme de esas teorías que piden un alejamiento extremo del terapeuta con sus pacientes. Siempre sentí que sin la empatía, la contención, las palabras amorosas hacia el otro, no podemos ayudarlo.

Tengo mil libros que quiero leer y tiempo real de lectura tranquila, sin interrupciones contínuas, para afrontar unos tres.. o dos..

Esta semana las mañanas se me ocuparon súbitamente, el feriado me desorientó y cuando una mañana me dijo "usame como quieras" partí rapidito a casa de mi amiga Ale a tomar unos mates, es que hacía tantos años que lo hacía, que no me pude resistir a revivir esa sensación.

Trámites administrativos para unos proyectos. Papeles, fotocopias, llenado de formularios.

Chequeos médicos de rutina.

Últimos certificados de los chicos para el cole.
Ayer, pacientes. Después un ateneo al que fuimos caminando varias cuadras a contrarreloj con Vir, casi corriendo por Nueva Córdoba arriba de los zapatos y vestiditas muy bonitas, pero muy incómodas para la carrera que nos propusimos. Volver a casa a las diez de la noche.

Y en medio de tantas cosas, la casa que sigue funcionando, los chicos que tienen tareas, Alejo que quiere jugar, y la comida que tiene que cocinarse...

Cuántas cosas que vamos organizando al mismo tiempo. No quiero herir susceptibilidades de alguna parte de la platea masculina, pero nos admiro a las mujeres la capacidad de armar y hacer funcionar tantas cosas a la vez.

Son esas cosas de las que muchas veces terminamos quejándonos, porque no damos más, pero si nos salimos del cansancio que vamos sintiendo, o el poco tiempo que nos queda para algunas cosas que nos gustan: ¿No somos geniales?.
Chicas, un aplauso para nosotras, así no nos quedamos con todas las contras de hacernos cargo de tantas cuestiones simultáneamente...Por favor.

viernes, 20 de marzo de 2009

Vueltas 2..El reencuentro


Quienes leyeron el post Vueltas van a entender enseguida de que les hablo.

Después de mucho tiempo nos volvimos a encontrar las tres.
Ale esta de vuelta y ya instalada. ¡Y la tenemos a tan solo 10 minutos de auto!
Y volvimos a tomar mate tranquilas sin correr para que ella siga las visitas veloces antes de volver a España o a La Plata.
Y nos sentamos sin mirar el reloj, y hablamos, y nos reímos, y nos pasamos parte de gente de antes, y viajamos hasta ese antes y volvimos para vernos en este hoy que nos volvió a juntar.
Y la foto la sacó Josefina, aquella bebita que parecía caerse de la panza de Ale cuando estábamos terminando la facu. Y que hoy tiene 13 años. Y se mató de risa con nosotras y nos escuchaba atenta recordando y conociéndonos un poco mas a Vir y a mi.
La busqué en la escuela antes de ir a su casa y charlamos en el viaje y sentí que era un regalo poder hacer eso. Volver a estar en los momentos cotidianos de mi amiga y de sus hijos.
Cuando Vir y yo nos volvimos en el auto me vino aquella imagen de la despedida cuando Ale se fue a España, el nudo en la garganta y el lagrimón que se me escapaba. Ahora parece tan lejana.
Pensé también en Vir y yo, juntas todo este tiempo, extrañando de a ratos y generando un vínculo tan fuerte. Sosteniéndonos, y haciendo variadas estrategias terapéuticas para los momentos difíciles de cada una.
Acá estamos..La imagen lo dice todo..
Empezamos una nueva etapa de este camino que es nuestra amistad, y eso me hace muy feliz.

jueves, 19 de marzo de 2009

Esos Lugares...


Hace unos años, desde que Alejo estaba por nacer, dejé de trabajar en el centro de la ciudad.


Los chicos chiquitos, los horarios, las corridas y el tiempo de viaje que significaba me hicieron quedarme con mi consultorio en la zona norte de la ciudad de Córdoba. Mas cerca de las sierras chicas, con aire mas fresco y a un paso de casa, el cole de los chicos y los lugares en los que me muevo a diario.

Hace tres semanas, luego de pensarlo mucho, sentí que tenía que volver. El lugar: el ideal, en los consultorios donde esta mi amiga Vir, junto con la psiquiatra a quien derivo los pacientes que lo necesitan.

Me costó mucho el arranque, calcular los tiempos para poder llegar a horario, volver a lidiar con el transporte público y sus reveses. Absorver el calor que se desprende irremediablemente del asfalto. Irme lejos de casa, del lugar donde estan los chicos y al que accedo generalmente en un paso si así me lo piden de la escuela.

Ayer fue el tercer miércoles.

El horario y el tiempo ya dominados. Me fui tranquila, llegué temprano.

Entraba buena luz del sol por la ventana del consultorio, cafecito, media horita de lectura de "El dia que Nietzsche lloró". Lectura que no se interrumpió mas que por el timbre que sonó con la llegada de la primera paciente.

Trabajé tranquila, sabiendo que el tema chicos estaba arreglado, la comida también.

Cuando salí, di un paseo por el centro de la ciudad de Córdoba, me reencontré con esos viejos lugares por los que circulaba a diario cuando estudiaba psicología, entré a unas librerías, miré vidrieras, caminé por la peatonal, por la plaza...

El fastidio de los primeros dias se perdió, me reencontré con espacios con historia para mi. Con un tiempito solo mio, sin correr.

Me puedo ir sin sentir la necesidad de volver apurada a casa, los chicos tienen sus cosas, sus actividades, sus tareas que hacer.

Puedo delegar por un día. Son tiempos diferentes.

Esta bueno, empiezo a disfrutarlo..

jueves, 12 de marzo de 2009

La otra cara




Con la vuelta al cole me fui reencontrando con muchas cosas.

Algunas me encantan:
El horario de entrada y de salida de los chicos de jardín se llena de escenas de diferentes colores.
Vemos mamás que van tranquilas charlando con los chicos, otras corriendo porque llegan tarde.

Algunos papás muy trajeados haciendo malabares con la merienda compartida del jardín para que no se les caiga ni les manche la ropa.

Chicos que llegan alegres a la sala, otros que lloran agarraditos de las piernas de su mamá hasta que se animan a quedarse.
Los que van en transporte llegan en una filita india hasta la escuela y cuando pasan la puerta de entrada se dispersan cada uno rapidito a su sala.

Y estan algunas cosas que no me gustan tanto: cuando los chicos son tironeados, apurados de mala manera o con gritos. O cuando les dicen palabras o frases desvalorizantes. Cuando se les marca que siempre son lentos para andar y entonces hacen que los papás lleguen tarde al trabajo. Cuando se los empuja.

Cuando se los compara con otros niños que son "mejores" o "más rápidos" o "más valientes" porque no lloran. Son pequeños momentos que van poniendo al niño en situaciones complicadas.
A todos nos ha pasado llegar algo tarde algún día, o apurar a los niños de alguna manera, el tema es tener cuidado con lo que se dice y la forma en que se hace.

No podemos hacerlo cargo a él si nosotros no nos levantamos mas temprano o tuvimos inconvenientes.
No me cuadra el empujarlo ni tironearlo si no se quiere bajar del auto. Tampoco gritarle ni reclamarle frente a su maestra y sus compañeros.

Muchas veces estas cuestiones cotidianas, forman parte de una violencia que nos rodea y se encuentra naturalizada. A mi me irrita. Ni hablar cuando a los chicos se les va tirando del pelo, de la oreja o se les pega...y ocurre mas seguido de lo que uno esperaría.

El niño se siente humillado, expuesto, violentado. Se va generando mucha inseguridad. El vínculo que debe ser el mas seguro de su vida, en realidad lo expone y lo deja inseguro frente al mundo.

Cuando se exteriorizan estas cosas de manera recurrente, es porque detrás hay mas, una forma de vincularse violenta y que merece ser revisada, para todos: para el niño y para la familia entera. Para encontrar maneras mas sanas de relacionarse, de compartir y de crecer.
Con algo de paciencia y creatividad hay muchas maneras de estimularlos esas veces que el reloj nos persigue: proponerle una carrerita, mostrarle algun compañero que se acerca y con el cual podemos ir si nos apuramos. Contarle que sus amigos lo esperan en la sala y tienen ganas de verlo...cada uno sabrá y encontrará esa forma.
Lo que debe estar presente siempre es el respeto por el niño que nos mira, que espera que lo acompañemos y lo ayudemos en estos pequeños logros cotidianos.

Y repito a todos nos pasa que en ocasiones estamos apurados, o la paciencia no está al cien por cien, a todos nos pasa que levantamos la voz o apuramos a nuestros hijos impacientemente. No viene nada mal pedirle disculpas y explicarle que el problema no era con él, que no queríamos retrasarnos y que la mañana venía medio cruzada.

Y aunque todos tenemos esos momentos hay familias en que esa es la forma de comunicarse...Eso es lo que hay que cuidar.

jueves, 5 de marzo de 2009

Y la tristeza...pasó

Bueno, a pedido les cuento como le fue a Alejo en el arranque de clases.
El primer dia buscaba con sus ojitos curiosos a sus amigos, ¡apenas siete entre los 22 compañeros nuevos!
Nos sentamos juntos en el piso y nos quedamos un rato jugando y siguiendo a la seño Debi con sus actividades. Cuando terminó esa jornada cortita de adaptación, salió corriendo de esa sala hacia la de la seño Andrea a buscarla, y se le iluminaron los ojitos, la abrazó y le mostró todas las pruebas que aprendió en el verano con sus hermanos, la invitó al trepador y ella lo acompañó y aplaudió sus destrezas, ¡una divina total!.
Ya el segundo día se fue apropiando de su sala nueva, estuvimos mas tiempo, se fue con todos a merendar, escuchó atentamente los cuentos divertidos de la Seño nueva y también se fue conectando con ella. Descubrió que también es muy divertida, que hace caras graciosas y que inventa historias interesantísimas que el disfruta.
Se rió con las canciones que ella les cantó y hasta improvisó un bailecito.
El reencuentro con su profe de gimnasia y la seño de música, terminaron de cerrarle el asunto: ya estaba en su lugar de nuevo. Con cambios, con gente nueva, con sala nueva, pero en su lugar.
Cuando se despidió ese segundo dia de jardin y le dijo contento "chau Seño Debi" a la maestra sentí que su tristeza ya no existía, que su adaptación al cambio estaba superada. Rápido, muy rápido. Más de lo que uno a veces cree que ellos pueden hacerlo.
Sin tantas vueltas. Con seguridad, con alegría. Así es Alejo.
Así me gusta que sea. Me encanta repetir esos ciclos que pasaron hace mucho con los mas grandes, y hacerlo en la misma escuela, con la seguridad y confianza que siento como mamá en ese espacio. Supongo que será eso lo que lo deja tranquilo a él.
En fin, fue lindo volver. A mi me gustó acompañarlo....Puedo decir: "el año ha arrancado"..

(Estoy sin compu, por eso no tengo fotos para poner, estoy en un ciber y es un lío, se las debo)