miércoles, 31 de diciembre de 2008

Desde adentro..


Movimientos.

Mudanza. Abrir el blog y encontrarnos.

Simbronazos. Buenos, pero complejos para retomar el camino.

Palabras que han viajado por este espacio.

Experiencias nuevas. Proyectos que se cumplieron, otros que quedarán para mas adelante.

Encuentros y desencuentros.

Los chicos rondando, creciendo, eligiendo caminos.

Mi marido. Nuestra familia.

Mis amigas. Las que estan y las que no.

Elegir a las personas con las que me siento bien y con las que quiero estar y compartir mis días.


Lecturas nuevas.

Trabajo renovado.

Pacientes que me enseñan y me permiten acompañarlos.

Los grupos que generan cambios y renuevan su andar.

Mi carrera que me apasiona. La crianza que me gusta, me llena y me entusiasma.


2008 que se cierra.

2009 que quiero abrazar y disfrutar.

Retomar proyectos.

Seguir encontrandome con todos ustedes. Leerlos. Comentar. Chatear.

Estar en contacto.


Gente: feliz año.

Y gracias por todo...

Los quiero (aunque parezca raro andar queriendose por internet...)


Yo

lunes, 29 de diciembre de 2008

Separaciones...


Marce me pidió un post sobre las separaciones....

Nada fácil. Hay de tantas formas y colores que me cuesta focalizar algo que sirva para todos.


Hay separaciones con acuerdos y las que no tienen ni uno solo.

Hay parejas que no resuelven nada de manera interna entonces drenan por mucho tiempo entre ellos las cosas que funcionaban mal sin poder recomenzar de manera sana.

Hay padres que evaden sus responsabilidades económicas como demostración de enojo. Y madres que hacen escenas o no permiten las visitas por el mismo motivo.

Hay parejas que toman a los hijos como rehenes . Y hay parejas que actúan de manera madura y sana.



Entonces se me ocurre retomar las palabras de Marce en el comentario anterior:

"Yo paso una de las Navidades y Año nuevo mas RAROS (IBA A PONER TRISTES...)que me ha tocado vivir. La desiciòn de desarmar una pareja...Con hijos en el medio...". Y pienso que la decisión de poner raros y no tristes nos dice mucho.


Como que la mezcla de culpa, pérdida, duelo, temor por que los chicos sufran pueden terminar por copar toda la escena a pesar de saber que algo nos hizo tomar esa decisión. Algo que nos impulsa a querer estar mejor de lo que estábamos.


A pesar de ser concientes de que quizás el proyecto de pareja que arrancamos se hizo insostenible y el amor se nos escapó o se transformó de tal forma que ya no nos sentiamos felices, es normal sentirnos tristes o "raros" como dijo Marce.


Entonces; es cierto que los chicos sufren una pérdida. Pierden el contexto familiar que conocían hasta ahora, pero se va armando otro. Si nos reacomodamos de manera madura y sana, hablando con ellos, mostrandoles que el amor de su papá y de su mamá por ellos es incondicional y no se altera debido a la separación. Si podemos ser claros con nosotros mismos, ellos van a pasar por esta etapa de una manera enriquecedora para sus vidas. Aprendiendo a adaptarse a los cambios, haciendo un duelo sano, y encontrando en la situación desde donde volver a empezar.


Pasa con el tema de las fiestas que nos sensibilizamos, que las situaciones familiares movidas se sienten el doble. Pasa que esto de repartir los días entre mamá y papá conecta a los chicos con el hecho concreto de la separación, entonces tenemos miedo de que se sientan mal. Pasa que se nos mueve a nosotros mismos el cambio, la nueva situación y la nostalgia por lo que no pudo ser.


Mirar a los chicos...Entenderlos. Tener en cuenta que nos ven en este proceso. Acompañarlos. Decirles la verdad. Y trabajar mucho internamente para perdonarnos aunque no hayamos hecho nada malo. Como darnos una palmadita en la espalda, sabiendo que seguimos caminando...Mirar lo que viene. Aprender de la experiencia..


Para vos Marce..Y espero que te sirva..


lunes, 22 de diciembre de 2008

FELICES FIESTAS


Seamos creyentes o no, las fiestas llegan y movilizan.


Nos traen recuerdos de nuestra niñez. Notamos la ausencia de algunas personas que no están.


Vivimos de manera particular lo que nuestros niños van sintiendo y esperando de estos festejos.


Son momentos que en teoría llevan al encuentro, pero en ocasiones nos muestran desencuentros.


Tironeos familiares para ver con quien, por qué y donde pasar las fiestas.


Revoluciones. Cosas buenas y malas. Alegrías y disgustos, ni más ni menos que de lo que se trata la vida.


Nosotros no somos creyentes, festejamos desde un lugar diferente.


Armar el arbolito, pensar en los regalos para los chicos, adivinar como sorprenderlos me encanta.


La navidad tiene un sentido mágico para mi desde que soy mamá. La ilusión, la esperanza de ver a mis hijos felices, disfrutando los festejos, los regalos, la curiosidad por Papá Noel, me transporta a mi infancia. Es lindo.


El festejo de fin de año es como un empujón para arrancar el año, pensar en objetivos, lugares a donde quiero llegar, caminos que me gustaría tomar. Me gusta.


Con los chicos solemos pedir deseos para el año que llega, cosas que queremos hacer, tener, generar. Los veo en esos momentos encontrarse con sus deseos, posibilidades y sueños..Me conmueven.


Las fiestas no significan lo mismo para todos. Cada uno encuentra su propio componente en ellas.

En ocasiones la realidad que nos rodea nos hace perder ese sentido mágico que podrían llevar.

Suele ponerme algo de mal humor la ola de compras, consumismo y corridas, pero a la vez me encanta elegir los regalos para los chicos..son cosas..


A todos mis amigos bloggeros, desde el lugar que cada uno sienta y viva las fiestas, les deseo que lo pasen lindo. Que aprovechen y encuentren cada uno la magia que guardan dentro.

Que disfruten.


Y espero que el año que viene nos siga encontrando en estos espacios compartiendo tantas cosas inimaginables para mi antes de entrar en este mundo de internet.

Gracias a todos por este año compartido, por las palabras que viajan de blog en blog. Por estos vínculos fuertes que se viven en cada comentario...


Felices fiestas a todos....

lunes, 15 de diciembre de 2008

Espacios...

Vacaciones escolares.Niños en casa.

Horarios mas tranquilos, no se madruga.

No hay actividades pautadas para todas las tardes.

Por momentos los chicos juegan o se embarcan en proyectos de manera coordinada y armoniosa, y de golpe estalla una batalla campal, se pelean, se gritan...intervención materna o paterna y vuelve el órden... o no.

Se aburren, demandan. Miran tele.

Se bañan en la pile, juegan a la compu.

Compartimos muchos tiempos que en medio de las obligaciones del año no podemos.

Charlamos, cocinamos.

Paseamos un ratito por el shopping.

Armamos el arbolito. Invitamos amigos.

Ellos se vuelven a pelear, se vuelven a amigar.

Me cansan, me divierten, me preguntan, me sorprenden.

Rondan todo el tiempo por todos los espacios de la casa.
Me gusta, pero extraño algunos momentos míos.
¡Ojo! hago el intento. Miren:





Preparé varias veces la reposera, el mate y saqué el libro de Irvin Yalom que quiero leer......
Adivinen cuantas veces me pude sentar y cuantas páginas llegué a leer.....

Vacaciones.....También con sus dos caras....

Postales del descanso...

Acá las postales del descanso de los niños.....


Eze y Luisi ensayando un tema de Miranda.


Alejo les baila alrededor.









Los chicos han cavado con su padre un pozo para comenzar el proceso de un compost para la tierra.


Acá está Alejo preparando sus piecitos para seguir ablandando el terreno..





El armado del arbolito quedó absolutamente a cargo de los chicos este año...









Mechado con esto, Alejo visita a los pichoncitos de paloma que han nacido en su ventana, esta fascinado con el tema y es un testigo privilegiado del asunto. Se ha preocupado cuando la tormenta trajo un viento fuerte, pensando que los pichones se podían caer del nido.


Y una vez que termina con ese tema...posa para la foto.....
Así que no todo es la reposera que no puedo ocupar para leer.....
Es lindo verlos buscar que hacer, como encontrarse, como divertirse...
Es bueno tenerlos cerca..
Es bueno tenerlos.


jueves, 11 de diciembre de 2008

Momentos...


El festejo del cumple de Alejo me dejó pensando en los que algunas escribieron en los comentarios.
Esto de que los permisos que nos damos con el tercer hijo son tan distintos.

Vivencias diferentes las que se experimentan con cada hijo.

Inexperiencia y experiencia.

Temores y seguridades.

Cara y contracara de la maternidad.

Siento que cuando tenemos un bebé hay algo estremecedor y maravilloso que nos envuelve: un ser humano indefenso depende absolutamente de nosotras para sobrevivir.....¡Guau! No es una pavada. Es mucho y muy movilizante.
Aprendemos en el camino.

Nos foguearemos en la tarea con nuestro primer hijo. Y no solo en lograr que la cría sobreviva, sino que lo haga sano, de acuerdo a muchas expectativas. Ganamos confianza cuando podemos comprobar que nuestras acciones maternantes son efectivas, buenas, plenas de una escucha especial que nadie puede igualar con nuestro hijo.

Acomodarnos a ser mamás, seguir con nuestra carrera, estudio, pareja, vida familiar...lo hacemos con el primer hijo.

Miedos, muchos que aunque no nos obsesionen estan allí.

Siento que el tercer hijo ( porque es este el caso) suele llegar en un terreno mas seguro, sabemos de muchas capacidades desplegadas, de la mirada, la escucha.
Sabemos de nuestro instinto, de lo bueno de disfrutar momentos que no se repiten.

Tenemos y nos damos otros permisos frente a nosotras mismas y frente al mundo, como una autoridad especial, ya lo hemos hecho, así que podemos disfrutar. No nos sentimos tan expuestas ante la mirada del resto.

En mi caso, la carrera que sentía con el primero se desaceleró. Con Alejo me he permitido tiempos mas calmos, a pesar de tener que responder a demandas de dos niños más, o quizás por eso mismo.
Con Alejo elegí poner el freno de mano, mi propio cuerpo me lo pidió: contracciones al sexto mes, amenaza de parto prematuro, bajar el ritmo de trabajo, ocuparme de que su llegada fuera lo mas sana y de ahí un puerperio mas conectada con los placeres absolutos de tener a un bebito en brazos, en la cama, prendido a la teta, en conexión con sus hermanos.

La salida al trabajo fue menos autoexigente, tengo la suerte de poder elegir mis horarios de consultorio y eso me ayudó, y sé que no todas las mujeres pueden hacerlo porque sus horarios no son tan flexibles.

Con Alejo había muchos miedos que tenía con Ezequiel que ya se habían despejado. Con Luisina, a pesar de todo lo que le pasó al nacer estuve mas tranquila, creo que hice menos de la mitad de consultas al pediatra que en mi primer año como madre primeriza.

Son etapas. Crecemos como madres. Pasamos por momentos distintos con cada hijo.

Vamos caminando y esta bueno aprender, disfrutar, exigirnos menos.

Está bueno sentirnos mas seguras y confiadas.
Obvio que los amamos a todos...Pero la llegada de cada uno la vamos viviendo distinto, con otras experiencias, habiendo crecido con cada nacimiento y los diferentes pasos que damos en la crianza...

viernes, 5 de diciembre de 2008

Alejo cumple 4...

Alejo cumple 4 años.
Nació luego de cinco años de la última bebé de la casa.

Llegó en un momento de maternidad menos explosivo, con mas experiencia, con mas permisos para el disfrute.
Abrió espacios diferentes, desconocidos.
Conmovió a sus hermanos, que lo han disfrutado desde ese primer día que lo vieron en el hospital con apenas dos horas de vida.


De los partos fue el más doloroso y hasta incómodo, problemas de tensión, inducción, una sonda molesta que no me dejaba cambiar de posición, pero no fue eso lo que me quedó registrado de su llegada.
Mas bien me quedé con ese primer encuentro, con sus orejitas pegadas porque tenía 36 semanas de gestación. Con la paciencia que tuvimos los dos porque le costaba prenderse bien a la teta la primera noche, pero nadie se alteró, yo confiaba y se ve que el también.

Me di cuenta que haber criado a Eze y Luisina me había dado mucha seguridad y entonces defendí sin ningún problema nuestro derecho a dormir juntos , a alimentarlo como yo sentía que debía hacerlo y a no sentirme vulnerable frente a las miradas de los otros frente a la crianza.



Alejo disfrutó y aún disfruta de los privilegios de ser el menor, y todos le hemos girado alrededor. ¡Sus hermanos le enseñaron naturalmente tantas cosas! Es increíble verlos a los mayores Conectarse con el mas chiquito, acompañarlo, ayudarlo, protegerlo.

Y debemos reconocer que aunque hoy cumple 4 años todavía es el bebotón de todos nosotros, y nos hacemos cargo de eso..

Le pone a nuestros días un toque de muchas zetas entre todas "zuz palabraz". Ocurrencias divertidas como cuando ayer para su festejo con amiguitos nos dijo que "Neyen ez mi ezpoza, y me puze ezta remera de novio para ezperarla".

Alejo nos conquista cada día con sus "te amo", "sos hermosa", "ellos son mis hermanos y los quiero". Con sus abrazos eternos, con sus carcajadas, con sus bailes de tap, con sus besos enormes.

Alejo es una personita con mucha luz y que nos ha enseñado mucho.

Ha festejado este cumple desde el martes que sopló las velitas en la escuela por ser el último día de clases. Ayer con sus amigos en casa, después con la familia. Hoy juega con todos los regalos que le hicieron, agradeció cada uno con mucha alegría.



Y acá estamos, festejando tranquilos este cumple número 4 de Alejo.

Disfrutando su alegría.

Yo, agradecida de que él sea mi hijo. Tan tierno, tan lindo, tan especial. Y perdonen lo babosa, pero es así como me ha tenido Alejo desde que llegó y no lo voy a negar.


Así que Ale: feliz cumple.







miércoles, 3 de diciembre de 2008

Terminaron las clases..

Terminaron las clases.
Basta de corridas con los horarios.
Se terminó esto de madrugar y andar siempre a contratiempo para desayunar y llegar antes que nos cierren la puerta de entrada.

Se cierra el año, y en la escuela se huele la despedida de lo que se trabajó. Los amigos se saludan, las maestras y las madres lloriqueamos.
Los chicos de sexto que dejan la primaria levantan la bandera por última vez en ese patio.

Se huele la despedida. Se siente.
Eze terminó como uno de los candidatos a la bandera por su grado. Luisina con unas notas impecables. Alejo entendiendo de que se tratan los cierres, los finales.
Cada uno con sus cosas, sus mochilas cargadas de los trabajos de todo el año, los amigos que les firmaron la remera.

Cada uno sintiendo que está bueno entrar en vacaciones. Para dormir, para jugar, bañarse en la pile, ir y venir sin horarios, invitar amigos sin pensar en la tarea.

Los miro en este fin de año y deseo que guarden con ellos las cosas que aprendieron, pero no las tablas, no los diferentes tipos de textos. Deseo que guarden ese momento en el cual la maestra le pidió disculpas a Eze por no ver cuando él arregló su carpeta.

Esa mañana en que la seño de Luisi les explicó que su mamá estaba muy enferma y por eso ella estaba muy triste.

Y ese día que la seño Andrea les dijo a sus periquitos que ella los va a seguir queriendo aunque se vayan a otra sala.

Deseo que se queden grabadas en ellos las manos en la tierra que en todo el año sembraron, cuidaron y cosecharon la huerta de la escuela.

Que hayan aprendido de esa pelea tonta con el amigo, y de la que no fue tan tonta también.

Deseo que realmente se hayan sentido tan felices como yo los vi. A pesar de algunos enojos que tuvimos por las pocas ganas de hacer la tarea, o esas tablas que no se memorizaban. A pesar de esas mañanas en que no dan ganas de levantarse porque el frío nos da fiaquita.

Deseo que este final, este cierre de cada uno de ellos sea vivido con alegría, con ganas de disfrutar el tiempo que vamos a tener para estar juntos sin correr, sin apurarnos, sin tantas obligaciones.



Y me guardo:

Verlo a Eze tocar la guitarra feliz arriba del escenario, encontrando algo que le gusta, lo moviliza y le sale hermoso.




Sentir a Luisina en búsqueda, probando, bailando, jugando al hokey, pintando.




Alejo empezando con invitaciones de sus amigos y encontrando nuevos vínculos fuera de los mas cercanos.






Todo es parte de como crecen.
Todo es ir hacia adelante.
Inclusive este cierre de año...

sábado, 29 de noviembre de 2008

Vueltas....

Cuando estudiaba psicología, habíamos formado un grupo de cinco que nos movíamos medio en bloque. Vir, Ale, Marce, Silvi y yo.

Nos juntábamos a estudiar, hacíamos los prácticos juntas, nos metimos todas juntas de ayudantes de cátedra en "Entrevista psicológica", íbamos a las marchas de reclamos por la ley de educación superior, y muchas cosas más.
Incluso en un momento llegamos a hacer los lunes de cena tipo el programa Los machos (¿se acuerdan?) un lunes en cada casa y la anfitriona cocinaba para todas. Era muy divertido.

En ese tiempo compartido, nos pasaron muchas cosas a todas. Como es la vida misma, hubo situaciones felices para disfrutar y otras complicadas, dolorosas donde nos fuimos acompañando y caminando juntas.
En el último año de la carrera Ale quedó embarazada (Chan) una de nosotras se iba a transformar en mamá y todo el resto en tías!!! Si, obvio que no fue tan fácil todo, pero finalmente fue así.


Llegó el final de la carrera y terminó Ale con una panza a punto de explotar, la cena que nos regalamos a fin de año la hicimos en un restaurant y fuimos caminando, creo que cada tres metros parábamos para que Ale se sentara y no perdiera a Josefina en el camino, se agarraba la panza, tomaba fuerza y seguía, pero no se iba a perder nuestro cierre todas juntas.
Josefina nació en Bell Ville en enero. Y allá nos fuimos todas a verla en un auto prestado.


A los meses Marce volvió a Jujuy de donde había venido a estudiar. Silvi ganó la residencia en Bs As y Vir y yo acá buscando trabajo y concretando planes de familia.
Así que quedamos tres. Vir quedó embarazada de Valen y al tiempo yo de Eze. Así que íbamos a compartir maternidades, charlas de chupetes, pañales, colores de la caquita del bebé y todas esas cosas que ustedes conocen.

Cuando nació Luisina, Vir estaba trabajando mucho, yo a las corridas con el trabajo, la formación y Eze, entonces la que me salvaba las papas en días en que la niñera faltaba o mi mamá no podía y el universo conspiraba en mi contra para llegar al consultorio fue la Ale. Pasaba corriendo por su departamento y le dejaba a Luisina, eso si: a Liusi solo le gustaba ver a Josefina por lo tanto si Ale la ponía de frente a ella lloraba. Si la volteaba hacia Jose se reía, así que mi pobre amiga pasaba tres o cuatro horas torturada por mi hija bebé sin protestar.

Fueron tiempos muy movidos para todas, pero nunca dejamos de encontrarnos, siempre había un lugar para unos mates terapéuticos.

Año 2001: llamado telefónico de Ale: "A Mauri le ofrecieron un puesto en otro lado.....España, nos vamos en tres meses..."
Y allá se fue. Despedida melodramática mediante. Y una larga espera hasta que se instalaran, pusieran internet y demás...
Y quedamos Vir y yo...recordando viejos tiempos como ancianas deprimidas, pero salimos pronto de ese estado..Y fuimos haciendo crecer nuestro vínculo con la nueva conformación: solo nosotras dos. Y es sólido, fuerte, y para mi muy necesario. Podemos llorar cuando no estamos bien, acompañarnos, consolarnos y hasta gritar como locas con un partido de tenis por la copa Davis avergonzando a nuestros hijos..


Con Ale nos adaptamos a conectarnos por mail, messenger y vernos cuando la inmigrante volvía para las fiestas, si le quedaba tiempo entre tooooda la familia que la reclamaba.

En el 2005 Ale volvió a Argentina, pero a La Plata. Nos vimos un poquito mas seguido, pero la escolaridad de los chicos, los trabajos, otros embarazos no dejaron que la frecuencia alcance.

Pero la buena noticia llegó ayer. Mensaje de Vir: "matate, la Ale se vuelve a Córdoba en enero".
Y se me sale el corazón de la emoción.
Y los mensajes de texto que no pararon por un rato, y que viene a vivir cerca de casa y que ya tiene lugar en una escuela de la zona, y que Vir también vive cerca.....Y que estoy muy feliz.



Y que la vida nos vuelve a reunir.
Y que nos han pasado muchas cosas a todas. Que los vínculos se pueden renovar, retomar, revivir. Y que es un buen momento para el reencuentro.
Y que Ale vuelva a ser parte de nuestra vida cotidiana, esa de todos los días, la del matecito de paso al trabajo, la del cafecito antes que los chicos vuelvan de la escuela, la de juntarnos y que los chicos jueguen, .....es genial.


Si, ya se que no es un post de crianza, aunque la maternidad nos transformó a todas y la compartimos desde muchos lugares.
Pero hoy estoy tan contenta con la noticia que no puedo escribir sobre otra cosa....


Buen fin de semana para todos.

miércoles, 26 de noviembre de 2008

cierres..



Alejo vino preocupado de la escuela.


Me dijo: "Estoy muy triste, yo no quiero otra seño que Andrea".



Ya saben que Andrea es la seño de la salita de tres de Alejo.


Se está terminando el año y ella les ha ido contando que el año que viene pasan a la salita de cuatro, pero que ella no va a ser la seño, y que será alguna de las que ellos conocen de las otras salas.



Me encantó que lo vayan trabajando con los chicos. Es un final, un cierre. Es bueno ayudarlos a despedirse, contarles que ella no va a estar, ponerlo en palabras y que ellos sientan estas cosas, como la tristeza que nos da terminar una etapa con alguien que queremos mucho.


Obvio que también les han contado todas las cosas maravillosas de pasar de sala, conocer algunos compañeros nuevos y crecer. Y eso también me gustó, que les muestren las dos caras de los procesos, cerrar y abrir cosas nuevas.

Y algo que me gustó más todavía es la carita de la seño cuando me decía lo que ella les dijo, se nota que ella también los va a extrañar, y eso está bueno, que se noten los afectos, que se transmitan las emociones.

Lo cierto es que a Alejo la idea no le gusta mucho. Lo hablamos, le conté que todos los años hay seños nuevas, le dije cuales habían sido las seños que él conoce de sus hermanos, y que va a tener a sus compañeros y a otros nuevos y se va a divertir. Por ahora se entusiasma con que ya llega su cumple, armamos la pile para mojarnos y ensayan mucho para la fiesta de fin de año.


Ah, y le regala muchas flores a su seño..... Y me dice: "yo le regalo flores a vos y a la seño Andrea".

Va procesando la despedida, la primera que le toca....Y como siempre, yo termino lagrimeando...

sábado, 22 de noviembre de 2008

Dos niños.


Cuando tenía 16 años me inscribí como voluntaria en el cottolengo Don Orione.

Estuve allí 4 años. Iba lo sábados o los domingos, según las actividades que me tocaran.

Fue una experiencia muy especial. Me conecté con historias dificiles, una realidad paralela al mundo que transitaba "afuera" de la institución.


Vi, escuché y vivencié innumerables cosas. Horribles algunas y geniales otras. Pero de todas aprendí, todas me tocaron y marcaron un camino especial en el momento de elegir mi profesión.

Hoy recordaba esos tiempos, ese lugar, los otros voluntarios, y vino un recuerdo a mi memoria.

Una tarde presencié el momento en que una familia fue a llevar a su hijita de aproximadamente 6 años para dejarla internada. Un auto caro, padres y hermano (de unos 10 años) muy bien vestidos. Bajaron del auto a la nena que no caminaba, usaba pañales y tenía la mirada absolutamente perdida. Era de pelo rubio casi blanco, ojos azules, piel blanquísima.

La pusieron en una silla y la mamá relataba de manera bastante fría para mi registro como la hacían dormir en un colchón en el piso porque si no tenía que estar pendiente si se caía de la cama. Se me pierden detalles de lo que hablaban los padres, yo miraba a la nena sentadita inmóvil en la silla y noté como el hermano la miraba, se fue acercando y puso una mano sobre ella. El nene empezó a llorar, intentaba controlar sus lágrimas pero solo lograba un puchero a punto de estallar en su boca. Los padres terminaron de decir lo que fuera que estaban diciendo a la monja del pabellón y llamaron al hijo para que se fuera con ellos en el auto. No se despidieron de la nena, solo se acercó el papá a tomar en brazos al hermano que comenzó a gritar y a llorar de manera furiosa porque no quería dejar a su hermanita. Lo arrastraron hasta el auto y se fueron.

Recuerdo que los fines de semana que siguieron nadie la visitó. Y que nos fuimos turnando entre los voluntarios de la semana y los de los fines de semana para hacerla tener contacto con el mundo. La hacíamos caminar entre dos, la sosteníamos, le cantábamos, le dábamos de comer. Ella comenzó a hacer contacto con nosotros, a sostener la mirada en los rostros y en los ojos de los demás. Se reía, y podía hacernos saber sus necesidades.

No sé cuanto tiempo pasó hasta que la visitaron. Solo recuerdo que con la única persona que se conectó durante la visita fue con su hermano. A él le sonrió, le buscó la mirada y solo hacia él mostró a su modo alguna emoción, sensación o lo que haya sido que ella estaba sintiendo....


Yo era muy chica. Hoy a lo mejor se me ocurre encontrar causas, explicaciones posibles a la actitud de esos padres con su hija enferma. Pero sigo igual de admirada de la relación que ese niño de 10 años había generado y establecido con ella, con su hermana. Puro contacto, pura emoción, sin los condimentos que una niña enferma pudo haber desplegado en los adultos que la recibieron en este mundo...

miércoles, 19 de noviembre de 2008

Día Internacional contra el abuso Infantil




Si. Hoy es ese día.

Y me parece bueno si podemos aprovechar para abrir nuestras miradas hacia esto que pasa y mucho.

Cuando empecé a ejercer la psicología, trabajando en pre parto, crianza y psicoterapia, me asombró la cantidad de personas que habían sufrido abusos siendo niñas.


La gran mayoría los sufría en manos de personas de su entorno mas cercano: padres, abuelos, tíos, etc.


Hasta ese momento, el abuso para mi era una estadística, un número, un caso descripto en un libro de psicopatología. Y de golpe, encontré la cara real, la persona detrás de ese abuso, una vida transformada por semejante agresión, una pelea constante por reparar, por salir de esa sensación fuerte e indescriptible del abuso. Algunas personas pueden pero otras no. Y aún las que pueden cambiar el rumbo cargan con el peso de una historia compleja, llena de inseguridades, temores, agresión y despojo...

Si escucharamos más a los niños. Si la justicia actuara protegiéndolos, si nuestra sociedad despertara ante estos hechos.....Algo sería distinto..

Les dejo un link con un relato que publiqué hace un tiempo pensando en estos casos.

martes, 18 de noviembre de 2008

¿Será la edad?

Hacía mucho que Luisina no escuchaba el viejo cd de chiquititas.
Ahora mismo lo esta haciendo y ¡por favor! me había olvidado el golpe depresivo de las letras:
"tengo el corazón con agujeritos", "¿por qué nadie me quiere?: yo quiero ser normal", "quiero poder pedir un regalo en navidad", "quiero decir mamá por una sola vez, quiero saber que está que no me la inventé".....

Ya sé, se preguntarán por qué dejo que ella escuche si me parece horrible. La respuesta es que a ella le gusta y baila y canta y monta todo un escenario en el living de casa...Y por que por lo que se observa, a ella no le causa esa sensación tan fea que me produce a mi...

Solo me pregunto si será necesario ese tinte triste en canciones infantiles....
Estaré vieja....¿será la edad?..

lunes, 17 de noviembre de 2008

Momentos


"Quiero vivir, quiero gritar, quiero sentir el universo sobre mí

Quiero correr en libertad, quiero llorar de felicidad.

Quiero vivir, quiero sentir, el universo sobre mi

como un náufrago en el mar

quiero encontrar mi sitio

solo encontrar mi sitio"


Cantar este estribillo en el auto todos juntos...fuerte, muy fuerte y con Amaral sonando...

Y cuando digo todos, es todos. Los cinco incluido Alejo...

No tiene precio...

(cualquier similitud con un comercial de tarjeta de crédito es pura coincidencia jaja).

jueves, 13 de noviembre de 2008

Cuidado, por favor....


Cuidar a nuestras madres.

A las madres que nos rodean. A las que conocemos y tenemos cerca y a las que nos leen o escuchan.

A las que nos buscan desde lo profesional porque necesitan ayuda.

A las que conocemos ocasionalmente, cruzamos en alguna sala de espera o reunión.

Cuidarnos entre nosotras.


A raiz de un newsletter acerca de "la muerte en la cuna" que me llegó al mail y lo que fue surgiendo en el blog de Xime sentí la necesidad de hacer este post.


Siento que tenemos que ser muy cuidadosos y respetuosos con las cosas que decimos.

Las emociones no se manejan como una ecuación matemática. Los seres humanos no somos una división, una suma exacta de factores que se repetirán caso por caso siempre del mismo modo.

La vida psíquica no se basa solo en los seres con huecos maternos o los que han tenido sostenes adecuados, eso sería muy simple. La vida psíquica es mucho mas que eso. La relación madre-hijo es mucho mas que eso.


Generalizar es dañino. Y hay temas en los que tenemos que cuidar al otro en la forma de decir, de exponer publicamente ciertos conceptos.

Es cierto que estudiar acerca de la psicología, las emociones, el terreno vivencial del otro, la psicopatología, nos ingresa en la búsqueda de causas para la dolencia, la enfermedad, el malestar del ser humano. Pero eso no nos habilita para generalizar. Podemos tener ciertas opiniones formadas, pero eso no nos habilita a juzgar a quien ha pasado por una situación tan traumática como la de perder un hijo.

Podemos sentir que lo mejor para los bebés es el apego, el contacto corporal y el sostén permanente, pero no podemos señalar a quienes no pueden, no les sale o no despliegan esas cuestiones tan fluidamente como otros.

Ni mucho menos sostener que esa será la causa de la muerte súbita, blanca o de cuna, como se la quiera llamar.

Y acá no me pongo a pensar necesariamente en cuales son esas causas. Porque eso se podrá ver en cada caso en particular. Acá pienso en las madres que han pasado por esa situación extremadamente dolorosa. Pienso en la situación de agregar culpas a las que naturalmente semejante hecho genera.

Sostener que ningún bebé sano muere si está en contacto con otro humano, es decirle a esa madre que su hijo murió porque ella lo descuidó. Imagino lo que puede sentir una mamá que ha pasado por esa situación leyendo cosas como esas, la mirada que harán los que la rodean, el dolor sumado a su dolor...Simplemente me resulta agresivo, fuerte, no me gusta.

Y vuelvo a decir, las cosas no son tan simples. Hay mucho mas para mirar, pero hay que estar dispuestos a hacerlo, tener elementos, saber de psicología profunda....Tenemos que tener la lucidez de escuchar el caso por caso....

Siempre nos puede surgir pensar en las causas de tal o cual cuestión, pero como dice el Dr. Carlos González: hay cosas que no se hacen.

¿Será posible que ampliemos las miradas y nos cuidemos un poco más?

Ojalá...


(Perdón si el post está algo desorganizado, la verdad es que me fue saliendo y así lo publiqué. Y gracias Xime por los contactos tan enriquecedores que siempre tenemos...)

lunes, 10 de noviembre de 2008

Crecen...Sí que crecen


Frases célebres de los hijos que van creciendo:

Ezequiel (11 años):

"Si má, me corto las uñas, pero las de la mano derecha no, así punteo con la guitarra"

"No entiendo bien, ahora que Zoe ya no me gusta ella me habla todo el tiempo. Y la que no me habla es la Vale, que si me gusta. ¿qué les pasa a las chicas?"

Luisina (8 años)

"Chau má, necesito seguir jugando sola en mi pieza"

"Esos juguetes podes regalarlos, ya estoy grande, no los voy a usar más"

Alejo (casi 4 años):

"Ey Mami, ya no soy un bebé, ¿no ves que me puedo vestir solo?"
"Mami, si Lucía esta enferma yo puedo cuidarla para que se cure"

"Mami, ya está, acá en la sala solo nos quedamos los niños, no es para las mamás"


Es genial verlos crecer, escucharlos decir nuevas palabras, cuestionarse sobre la realidad que los rodea. Me encanta cuando nos dan muestras del camino de crecimiento, esos signos de que se van independizando...Eso no quita esa sensación rara de nostalgia por esos bebitos chiquititos que eran solo nuestros....

Ah: otra cosita: Se reciben ideas de como explicarle a Ezequiel esos mecanismos femeninos por los cuales las niñas dejan de comunicarse con el niño que saben gusta de ellas....a ver que se les ocurre...

jueves, 6 de noviembre de 2008

Lo quiero compartir...


A esta altura de la existencia del blog, muchas de las que lo siguen, saben varias cosas de mi.
Nunca quise que fuera un espacio impersonal, meramente informativo o donde se transcribieran "recetas" (imposibles de llevar adelante) de como criar niños.
Tiene mucho de mi, de mis propias experiencias, de todo lo recogido en estos años de trabajo en maternidad y crianza. Y eso es lo que lo hace un espacio que quiero tanto.
Todas saben que para mi el contacto con ustedes es importante, saben que soy lectora de sus blogs y con muchas nos hemos comunicado por mail para acercarnos un poco más a pesar de la distancia que impone este medio. Con otras ya tenemos cita pendiente (con Laura en la plaza..ja).

Estoy dando vueltas parece.
Quiero compartir con ustedes algo que me esta pasando.

Muchas saben que la partida de mi amiga Vero ha sido algo que me movilizó de manera particular. Fueron momentos fuertes, que nunca imaginé que viviría de cerca. Y todo este año, el primero, en el que las fechas importantes se nos imponen dolorosas, el primer aniversario, sus hijos....todo este año ha sido especial.

Y a mi en lo personal me pasó algo que recién pude notar ahora.

Mantuve como una distancia de otras mamás de la escuela. No las que han estado siempre, con ellas seguimos cerca y haciendo pull y esas cosas. Pero con las mamás de la sala de tres de Alejo no me acerqué como lo hago habitualmente. Y me doy cuenta que era como una manera de protegerme: no me acerco, no formo lazos, no pierdo a nadie en caso de que algo pase..(ecuación que recién puedo hacer y que por supuesto no fue conciente para nada.)

Para mi los lazos, las redes femeninas son fundamentales en todos los ámbitos. Pero especialmente entre mujeres madres, en la crianza, en cuestiones emocionales y hasta en cómo organizarnos mejor para ir a los cumpleaños sin correr y perder todo el día en el intento.
Promuevo desde mi trabajo esas redes, las genero, las aplaudo. Las pongo en marcha con mis amigas.
¿Cómo me di cuenta de esto que me pasaba con las madres nuevas?:

Sus nombres son Cecilia y Alejandra. Ellas rompieron ese muro que puse sin querer. Fueron entrando. Fueron armando esa red de manera silenciosa, pero con sonido a la vez. Ese sonido que me hace querer ser parte de esos lazos tan especiales. Me fueron recordando que "ese" contacto diario, esa complicidad me es sumamente necesaria y me genera bienestar.

Fueron ofreciendo espacios, abriendo puertas, llevando a Alejo si yo no podía. O acercándonos a casa cuando me quedé sin auto.

Con Ceci empezamos un poco antes. Nos unen muchas cosas. Ella es lectora fiel del blog, comparte muchas miradas y le apasionan los temas de crianza. Arrancamos por ahí y un mate llevó al otro y a las caminatas alguna mañana que el tiempo nos da. Aparte del hecho que Alejo se "compró" a sus dos mellizas, sobretodo a Lucía..

Con Alejandra el vínculo es mas nuevito y fue impulsado por nuestros hijos Alejo e Inés que se hicieron muy compinches y nos hemos acercado por las visitas que ambos hacen a la casa del otro.
Y como cuento con este maravilloso espacio donde decir, contar y compartir. Quiero agradecerles. Que estén cerca, que hayan tocado la puerta. Que movilizaran estas cosas fuertes en mi. Que me recordaran que necesito estos vínculos. Que me impulsaran a conectarme incluso, con lo que cada una me recuerda del vínculo que tenía con Vero, a pesar de ser personas diferentes y particulares.
Se van cerrando algunos ciclos. Y por suerte otros se abren....La vida misma ¿no?.
Gracias.
A Cecilia y Alejandra....

martes, 4 de noviembre de 2008

Suerte


Fui a buscar a Alejo a la escuela.


Charlamos mientras íbamos para el auto. Hacíamos algunos chistes, carreritas y esas cosas.


Nos subimos, él se puso el cinturón. Me dió el okey para arrancar y se quedó calladito una cuadra entera.


- Má.
-¿Qué?.
- Que suerte que soy tu hijo.
Me mató de amor...Sentí algo muy raro. Como que me recorría todo el cuerpo.

- "Si que es una suerte " le dije.


Y pensé en todos esos momentos en que una como mamá se pregunta si esta haciendo bien las cosas. Sabiendo que a veces los tiempos nos corren, algunos problemas nos sobrepasan y tenemos tanto de que ocuparnos. Teniendo miedo de no estar llegando a los hijos de la manera adecuada.

Alejo ese mediodía me dió una respuesta a esos momentos de duda.

Si el supiera la suerte que siento yo de tenerlos a él y a sus hermanos como hijos....

viernes, 31 de octubre de 2008

Mas que una pediatra.









Luego de la experiencia que nos tocó vivir cuando Luisina nació, no fue fácil pensar en el nacimiento de Alejo despojándome del miedo, de la angustia porque sentía que "algo" podía pasar.

En realidad me preocupaba esto de que los médicos y las enfermeras no me creyeron cuando les dije que "algo" le estaba pasando a mi beba.

Entonces, embarazada de Alejo recordé una pediatra que durante la internación en la Neo de Luisi estuvo muy cerca, disponible. Charlaba conmigo en la madrugada mientras yo miraba a Luisina o la amamantaba. Estuvo muy pendiente de sus estudios y de nosotros. En ese momento era residente del hospital.

Pedí una consulta con ella, y me senté en su consultorio con un embarazo de apenas 4 meses a contarle todo esto que me pasaba. El miedo, la angustia y la necesidad de que al bebé que venía lo recibiera alguien que me diera confianza y que confiara a la vez en lo que yo le dijera. Que me escuchara y no me tratara como una madre tonta que no entiende nada de bebés.

Ella recordaba todo lo que había pasado aunque Luisina ya tenía 5 años.
Encontré una persona sensible, conectada con los otros y con una disposición increíble.
Me prometió acompañarnos en el parto y ser ella quien recibiera a ese nuevo bebé.
Nos seguimos viendo durante el embarazo porque comencé a llevar a mis otros niños a consulta con ella. Y cuando se acercó la fecha coordinamos llamarla cuando estuviera en trabajo de parto.

El día que nació Alejo nos comunicamos y ella se mantuvo informada con los médicos de la guardia. Lo cierto es que cuando paso a sala de partos no la veía, pero eran muchas cosas al mismo tiempo las que sentía y estaba viviendo. Pero en el momento de los pujos, se abrió la puerta y entró corriendo para recibirlo.

Les aseguro que lo envolvió con tanto cuidado, con tanto amor. Lo revisó enterito mientras le decía palabras lindas, lo elogiaba, lo tranquilizaba. Me iba contando que estaba perfecto. Y por último se acercó y me lo entregó con mucha delicadeza. Le pedí que me diera la mano y le agradecí. Me regaló mucho más que una atención médica, me devolvió la confianza, calmó mi ansiedad. Se quedó un largo rato en el hospital. Sabía que para mi esas primeras horas eran las importantes. Ale estuvo perfecto. Nada pasó, ni la historia se repitió. Pero siempre voy a agradecer haber tenido a esa persona comprometida con lo que hace, para devolvernos la confianza y la seguridad.

Pasó el tiempo, ella siguió el crecimiento de Alejo. Y quedó embarazada de su tercer hijo.

Ayer volviendo en el auto a casa del trabajo la vi con su bebito en brazos. Paré para saludarla y conocer al bebé. Cuando le pregunté como estaba me dijo "así de babosa como estabas vos con Alejo.." hablaba con la cara iluminada, una sonrisa enorme y una mirada que me hizo recordar todo esto que cuento acá. Me alegró verla así...

Y le agradezco otra vez desde este blog..
Su nombre: Carola Arazi. Del Hospital Privado

miércoles, 29 de octubre de 2008

Los papás


En ocasiones me he preguntado por el puerperio masculino.

Tranquilas. No pretendo arrebatarnos a las mujeres el gran derecho a transitar esta etapa de manera exclusiva.

Pero siento que cuando nace un bebé, el papá también se moviliza de manera particular.

Más allá de las cuestiones físicas que nos envuelven luego de un parto, una cesárea. O las que se desencadenan mientras intentamos amamantar, o cuando ya lo hemos logrado. Más allá de nosotras mismas.

Nace un bebé y el hombre se convierte en papá......

Vivencia fuerte. Irrumpen sus propias cuestiones de hijo, sus tramas vinculares pasadas.
La mujer transita el puerperio, y él queda ubicado por las tendencias actuales en un rol meramente sostenedor del vínculo entre la madre y su hijo.

Y en ocasiones parece que no pudiera sentir la necesidad de tener a ese hijo en brazos, mirarlo embobado todo el tiempo que tenga ganas o acostarse con él para una siestita.
Me encanta que las mujeres busquemos sostén del hombre para vincularnos con el bebé y conectarnos con todo lo que emerge de esa situación, es fundamental. Pero ¿que pasa con este papá internamente?

Dificil generalizar, como en todo. Pero he visto a muchos papás muy conectados con sus bebés y disfrutando mientras ejercen esos cuidados de todos los días como el baño, un paseo, hacerlos dormir, cambiar los pañales.

También los he visto encontrarse con sus demandas infantiles no satisfechas, con sus abandonos primarios, cuestiones que quizás terminan desplegando en el vínculo con la mujer y entonces puede aparecer como pobre en su rol de sostén. Que deja sola a la mujer puérpera, pero que en realidad se puede tratar de una desestructuración que tiene que ver mas con él que con ella.

Me gusta pensar en este vínculo, no solo para que nos ayuden a las mujeres sino para que se encuentren papá y bebé. Para que se conecten. Para que desde lo afectivo logren desplegar una relación fundante y única.

Por cuestiones biológicas y de la naturaleza femenina, creo que nosotras transitamos una conexión intensa, fuerte y hasta desestructurante con nuestro bebé, con nuestro convertirnos en madres, con nuestros puerperios.

Pero la paternidad no es un asunto menor en cuanto a lo que despierta en muchos hombres. Moviliza. Conecta, desestructura también.

Para tener en cuenta, mirar y sacar conclusiones..

sábado, 25 de octubre de 2008

Tema pañales!!



Con el tema de los pañales, me pasa algo parecido que con el chupete y la mamadera .



Creo que cada niño tiene sus tiempos, su momento particular. Y ese momento irá llegando solo, sin mayores esfuerzos ni complicaciones.
Es más, creo que algunas complicaciones en el proceso de control de esfínteres son en realidad incorporadas por nosotros mismos si nos apuramos y lo apuramos. Incluso, las fórmulas que ponemos en marcha pueden ser mas traumáticas que estimulantes.

A los dos años, muchos creen que llegó el momento entonces comienzan una carrera a contratiempo para que antes que el veranito termine, el niño controle su pis y su caca. "aprovechá y sacale los pañales": típica frase que suena en boca de quienes rodean a la madre en cuestión...."Sacale", no me suena, me gusta mas que el niño los deje.

Porque si se los sacamos sin que este listo el pobre termina ensuciándose y sintiéndose muy incómodo sin entender por qué.
Contarle, explicarle, pedirle que como está grande es tiempo de que nos avise cuando tiene ganas de hacer, mostrarle que puede hacer en el baño, acompañarlo. Todo eso se puede hacer sin exponerlo a sentirse manchado.
Podemos usar los pañales que se bajan como bombachitas y el proceso se hará igual. Sacarle el pañal no garantiza que se adquiera el control de esfínteres, para nada.

Tiene mucho mas efecto acompañarlo, entenderlo, ayudarlo. Festejar cada vez que nos pida ir al baño y logre aunque sea hacer una gotita, aunque el resto quede en el pañal.
Lo podemos dejar con calzoncillos o bombachita por momentos y no es volver atrás ponerle pañales si es necesario. Todo es un proceso y tiene sus tiempos.
Cuando no puede controlar, no puede. No lo hace porque si, simplemente no puede. Ya podrá, a su tiempo, tiempo que podemos acompañar con paciencia y métodos intermedios que no lo exponga ni nos exponga a situaciones desagradables y que en definitiva no sirven para que el niño adquiera el control..

viernes, 24 de octubre de 2008

Nací para esto...


Gimnasio.
Tres de la tarde.
Mujeres.
Alguna soltera sin hijos.
Otras con uno, dos o tres hijos.
Charla post actividad física: calorías, alimentación, corridas para llegar a las clases, dietas.
Ella con su botellita en la mano. Alta, entrenada, flaca.
Una expresión de paz en su cara y siempre con una sonrisa y buena onda. "Seis hijos".
-¡¡¿Seis?!!- preguntaron algunas entre sorprendidas y horrorizadas. - Y ¿cómo hacés?

- Es que soy de contextura flaca de siempre - Contestó, creyendo que le preguntaban por su cuerpo.

- No, ¿como haces con seis hijos? - repreguntó la compañera, sin sacar su cara de asombro.

- Es que yo nací para esto. Siempre supe que quería tener muchos hijos, una familia así. Y tengo seis por ahora, nunca cierro la posibilidad...(Mantenía iguales condiciones en su rostro que las descriptas anteriormente)

Me encantó: "Nací para esto.. "
Contundente, fuerte, y con orgullo.
En una sociedad donde está como devaluada la tarea de la maternidad frente a otras que serían "productivas", no siempre se escucha a una madre así...

lunes, 20 de octubre de 2008

Mamás en búsqueda


Las otras madres.
Las que desean un hijo. Las que buscan incansablemente.

Muchas de ellas pasan por exámenes médicos invasivos, dolorosos.

Esperas, angustias, incertidumbre.

Llevan cuentas interminables de períodos, hormonas y ovulaciones.

Se vuelven expertas en terminología médica que hacía un tiempo atrás desconocían por completo.

En este camino de los blogs he conocido a muchas de estas mamás.

Las que buscan, desean, esperan.

Las que luego de un tiempo de intentos se cansan, retoman el camino.

Pierden esperanzas y las recuperan.

Dicen basta, y al otro día toman impulso nuevamente.

Me pregunto como son miradas, escuchadas.

Si las sostenemos como sociedad, si compartimos su camino.

Si entendemos que los tratamientos no solo son costosos en lo económico, sino también en lo emocional, en lo afectivo.

No es simple desde lo psicológico enfrentar problemas de infertilidad.

Internamente aparecen frustraciones, culpas. Se mueven espacios femeninos de los más profundos. El "no poder" se inscribe, golpea y sacude.

La relación con el propio cuerpo se resiente. Se vuelve una pelea, una escisión.
En muchos intentos se logran embarazos y se pierden.
La relación con la pareja sufre altos impactos también. Otra vez: culpas, escisiones, frustraciones.

Muchas voces se levantan, como pasa con todos los temas. Muchos opinan. No todos saben. Y nunca se puede abarcar en conocimientos y palabras al otro ser humano que sufre.
No hay miradas simples posibles.
Cuando alguien dice -"bueno, con tantos chicos que hay sin padres, podrían adoptar"- la gente no se conecta con el deseo interno de esa mujer que espera. Con el de esa pareja que quiere tener su propio hijo.
No todos estan preparados para adoptar un bebé. No todos han llegado al momento en que pueden desistir del intento aunque sea por un tiempo.
Cuando escucho -"pero si cuando adopten seguro queda embarazada porque deja de estar pendiente"- no escucho que se de al hijo para adoptar el lugar merecido que necesitará para reparar su historia primaria de abandono. Hay que recibir a ese hijo como tal, y no como un medio facilitador del hijo biológico.
Cada madre, cada pareja irá tomando sus decisiones. Algunas optarán por la adopción, pero otras no. Y todas las decisiones son respetables. Ninguna fácil.
A veces pienso que las madres que hemos tenido la suerte de poder lograr nuestros embarazos de manera natural, sin tantos médicos, estudios, dolores en el camino, desconocemos esta otra cara de la procreación.
Siento que esas sensaciones de poder, inmensidad y fuerza que nos da el estar embarazadas son justamente las que se mueven de otra manera en estas madres en búsqueda.

Por eso mismo el día de la madre me hizo pensar en ellas.
Admirando las ganas que le ponen a cada nueva etapa del camino.
Y queriendo desde este lugar, nombrarlas también.

sábado, 18 de octubre de 2008

Día de la Madre


Día de la Madre.
Queriendo escribir un post para saludar a todas.
Siento que todo el blog es un permanente saludo a las Madres. Un lugar de encuentro. Un espacio para compartir vivencias, pensar, conocer.
Este blog, que tanta alegría me regala, es para las Madres.

Para las que no pudieron a pesar de intentarlo.

Para las que intentaron y pudieron.

Para las que estan embarazadas.

Para las que desbordan maternidad por todos sus costados.

Las que parieron y las que adoptaron.

Para las que crecieron en el camino y las que en el camino se aturdieron.

Para las que disfrutan, se alimentan y hacen de esta tarea "su" tarea.

Para las que caminan los pasillos de una neo, esperando poder ver a sus bebitos.

Para las que delegan por sentir que no pueden, las que lo hacen porque no les queda otra opción y las que no pueden delegar nada.

Para las que caminan solas, empujando el carro de manera mas intensa.

Para las que están acompañadas, mucho o poco, según.

Para las que salen todos los días como en una carrera a contratiempo para trabajar, cumplir horarios, generar ingresos, crecer profesionalmente.
Para las que pelean diariamente por los derechos de sus hijos.

Para las que la maternidad las ha llenado de reparaciones sanadoras.

Para las que han perdido un hijo. Para las que los están buscando.

Para las que están y las que no.

Para todas las mamás que en estos años me han regalado la posibilidad de acompañarlas en el camino.

Para mis amigas que son mamás.

Para las mamás blogeras con las que comparto esta relación enriquecedora.

FELIZ DIA.

Y un beso especial para mi mamá.
Que nos crió lejos de su país, de sus raices y sin muchos sostenes femeninos al alcance de la mano.
Que se dedicó toda nuestra infancia a estar cerca nuestro y ocuparse de nosotras.
Que hoy es una abuela dedicada, malcriadora y muy presente..

jueves, 16 de octubre de 2008

De chupetes y mamaderas


Leyendo el blog de Laia, quien salió muy movilizada de la consulta con el pediatra me quedé pensando.....

Todo dividido casi matemáticamente por etapas.
Parece que cuando nuestro hijo cumple el mes ya debe dormir toda la noche.
Que si cumplió los tres meses ya no debería tener cólicos.
Que a los ocho meses tiene que entrar en la angustia correspondiente.
Al año, será mejor que camine.
Ni hablar si volamos en el tiempo y llegamos hasta los dos años, cuando puntualmente se nos dirá que el chupete y la mamadera deben ser suprimidos, desplazados, escondidos, perdidos, regalados y todo lo que sirva para que desaparezcan de la escena en la que criamos al pequeño. Todo esto bajo la opinión generalizada de que "ya es grande".
(Dejemos para un próximo post el tema del pañal...porque es largo)

Esta bueno tener parámetros acerca de la evolución del niño, pero como guía, no como reglas rígidas que si no se cumplen puntualmente se transforman en dardos disparados hacia los padres o, incluso hacia el mismo niño.
Parece que mucha gente, incluso profesionales de la salud que acompañan a las familias en el desarrollo se manejan por una brújula que mide y orienta según las fechas del documento y no mirando al niño particular que tenemos frente a nosotros. Niño que vive en un determinado contexto, con cierto tipo de entorno y con una evolución particular. Un niño que tiene necesidades, que está mas apegado a ciertos objetos, que tiene sus propios tiempos y formas para ir avanzando en su desarrollo.
Entonces cuando llega la fecha indicadora de que es momento de que el chupete no se use mas, listo: se le inventa una historia horrible donde algún ser malvado le roba su objeto tan preciado, o se lo saborizan para que este feo, o se lo cortan para que no lo pueda succionar. Lo mismo sucede con las mamaderas.

Y esto es personal: no me gustan estas cosas. Si nos tomáramos mas tiempo, y fueramos estimulando al niño para ayudarlo en esos pasos la historia sería otra. Me resulta violento "quitarle" su chupete y su mamadera. Me gusta más proponerle, en el caso del chupete, que en determinados momentos no lo use, contarle por qué, hacerlo parte. En el caso de la mamadera, ir presentándole otras opciones, que el participe de la elección de un nuevo vasito que le guste. Ir reemplazando de a poco, mostrarle la ganancia y no hacerlo perder violentamente su objeto. Definitivamente será una pérdida, y eso es parte del crecimiento: perder, renunciar, dejar atrás. Crecer...ni más ni menos.
Pero se puede hacer de manera más respetuosa.
Podemos conectarnos mas con la relación que el niño tiene establecida con estos objetos que nosotros mismos le hemos ofrecido y le festejábamos su uso hasta hacía tan poco tiempo.

¿Por qué entendería que de un momento a otro "necesita" dejarlo.?

Mirando al niño real que tenemos frente a nosotros y no al que describe un libro de evolutiva, podemos encontrar la forma de acompañar de manera empática estos procesos.

martes, 14 de octubre de 2008

Hermanos y diferencias...



Gilda me preguntaba en el post anterior por las diferencias entre los hijos....



Dificil la pregunta, o mas bien la respuesta..

Cada hijo ocupa un lugar particular. Porque es un ser particular.
Cada hijo llegó a la familia en un momento, orden y circunstancia especiales.
Cada hijo despierta sensaciones diferentes.
Nos moviliza desde lugares distintos a los otros.
Siento que definitivamente no somos los mismos padres de todos nuestros hijos.
Quizás con el primero nuestra inexperiencia y miedos nos atrapan y con el segundo en ese aspecto nos relajamos. Con el segundo sentimos miedo que sufra el primero y con el tercero ejercemos un disfrute mas despreocupado. Con el tercero vivimos corriendo y con el primero nos podíamos dedicar más a algunas cuestiones. El primero no tiene hermanos y los otros llegan cuando ya los hay...
Hay circunstancias ocasionales que pueden marcar la llegada de cada hijo, duelos en curso, problemas laborales o económicos, crisis de pareja o familiares, etc. O a la inversa: crecimiento laboral, momento intenso de encuentro en la pareja, etc.
Diferencias....hay.
Cada hijo nos sumerge en aguas distintas.
Nos mueve de manera especial partes de nuestra historia.
Y desde ahí creo que las diferencias son sanas y necesarias, mientras estén sostenidas por ese amor particular que sentimos por cada uno. Mientras que sea una diferencia que no separe, no lastime, que no genere sensaciones desagradables entre los hermanos.
Son dolorosas las diferencias que ubican a alguno como depositario de todo lo negativo y otro queda resguardado entre lo positivo que tenemos para ubicar. Ahí entraríamos en terreno de lo que no es saludable.

Es cierto que hay familias que marcan diferencias fuertes. Diferencias que tienen que ver con el amor, con el vínculo profundo que sostiene la relación. Diferencias en cuanto a las potencialidades que atribuyen a cada hijo para enfrentarse a la vida. Diferencias según el sexo en cuanto a permisos, derechos. Diferencias que enferman.
Las otras, las diferencias por la diferencia misma que existe entre un hijo y otro. Las diferencias porque con cada uno establecemos un vínculo único. Las diferencias porque son personas diferentes, son sanas, necesarias y generan crecimiento. Son las que le darán a cada persona el contexto de individualidad con el cual se va a desarrollar en su vida.
Vuelvo al post sobre la llegada de los hermanos. El amor por los hijos se siente, no se mide por mitades ni por cuartos. No me sale definir el amor por mis hijos como igual, parecido o distinto. Se siente amor...
Les vamos dando a los hijos lo que podemos, lo que nos sale. Puede ser que hagamos alguna diferencia, sin quererlo, o porque alguna circunstancia especial se nos presenta. Siempre hay tiempo de mirar, de revisar y reparar.
Puede ser que, por ejemplo, sin darnos cuenta ubiquemos a alguno en situación de mayor fragilidad entonces le dejemos pasar algunas cosas que a los otros no. Y así como esta muchas situaciones.
Escuchando a los chicos atentamente podemos descubrirlas. Todo es cuestión de mirar el camino de la crianza. Escuchar y abrir puertas internas.
Una cosa: Hacemos diferencias. Cuando las corridas diarias nos hacen encontrarnos con las demandas de todos, al mismo tiempo, y con la urgencia de recibir lo que piden, es imposible cubrir esas demandas al unísono, y en sintonía para que nadie se sienta herido. Nos pasa. Porque no se puede con todo, yo por lo menos no puedo.
Vamos respondiendo como nos sale. La perfección se me hace imposible, por suerte.
La respuesta inmediata a todos también.
Y una relación "igual" con mis tres hijos: impersonal.
Hay mucho para pensar sobre este tema..Aportes: bienvenidos.
(Gilda. Espero que te haya aclarado algo el post. )

lunes, 13 de octubre de 2008

Diálogo 8 - Alejo



Hoy, luego de dos dias de lluvia amaneció nublado, pero sin agua cayendo.

Como pasamos el fin de semana en Santa Rosa Alejo se despertó algo desorientado. Estaba conmigo en la cama. Se dió vuelta, acercó su cara a la mía y me dijo:


- Mami, yo quería que llueva.


- ¿Por qué?


- Para abrazarte mejor.


No tengo nada que agregar... ¿Será que con la lluvia le dan mas ganas de abrazar?.


Buena semana para todos..

miércoles, 8 de octubre de 2008

Regalo


Que se va a poner celoso. Y los celos lo van a hacer sufrir.

Que perderá su lugar de privilegio y lo vamos a lastimar.

Que no tendremos la capacidad de querer tanto al que viene como a él, que fue el primero.

Que este amor inmenso que nos despertó no es repartible, y nosotras tampoco.

Que seguramente hará retrocesos en sus aprendizajes, o regresiones, o como se llamen. No sé, eso que todos dicen.

Que al que llega mejor lo ponemos directamente en otra habitación para evitar sensaciones desagradables al mayor.
Que no festejen delante de él al recién nacido.

Que mejor lo dejemos participar en todas las cosas del bebé porque si no el daño será terrible.

Son algunas de las cosas que se nos plantean con el segundo embarazo en relación al primer hijo.

Y esto nos puede quitar del foco el gran regalo que un hermano significa.

Y a la vez, despoja al que viene del derecho de ser un bebé con necesidades y ciertos privilegios.

Siento al hecho de tener hermanos como fundante en muchos aspectos.
Se trata de un compañero, un cómplice para la vida.
Un otro que transforma los vínculos de manera estructurante. Que habilita regiones, puebla espacios y desencadena situaciones de aprendizaje, inclusión y generosidad.

Un otro con quien se reparten los ideales maternos y paternos depositados sobre los hijos.
Claro que también provoca enojos, celos, rivalidades, competencia. Y todo eso es necesario, para la vida, para las relaciones, para el entramado familiar.
El nacimiento de un hermano es una oportunidad única de contarle al primero como eran los tiempos en que fue bebé. Explicarle de los cuidados especiales que le dimos, la atención, los brazos, la teta...
Incluirlo pero sin hacerlo cargo. Dejarlo sentir que ese bebé se puede tocar, se puede mimar, que no es ajeno a él, sino que es accesible. Que integra y no que separa. Que une a través de las experiencias nuevas que nos trae.
Y nosotros los padres, no necesitamos repartir el amor. El amor por los hijos se siente. No se mide por mitades ni por cuartos.
El amor está, es, nos atraviesa y lo transmitimos.
El amor es esa vida nueva que llega a la familia y el lugar que le damos a cada hijo desde su "ser" particular....