sábado, 29 de noviembre de 2008

Vueltas....

Cuando estudiaba psicología, habíamos formado un grupo de cinco que nos movíamos medio en bloque. Vir, Ale, Marce, Silvi y yo.

Nos juntábamos a estudiar, hacíamos los prácticos juntas, nos metimos todas juntas de ayudantes de cátedra en "Entrevista psicológica", íbamos a las marchas de reclamos por la ley de educación superior, y muchas cosas más.
Incluso en un momento llegamos a hacer los lunes de cena tipo el programa Los machos (¿se acuerdan?) un lunes en cada casa y la anfitriona cocinaba para todas. Era muy divertido.

En ese tiempo compartido, nos pasaron muchas cosas a todas. Como es la vida misma, hubo situaciones felices para disfrutar y otras complicadas, dolorosas donde nos fuimos acompañando y caminando juntas.
En el último año de la carrera Ale quedó embarazada (Chan) una de nosotras se iba a transformar en mamá y todo el resto en tías!!! Si, obvio que no fue tan fácil todo, pero finalmente fue así.


Llegó el final de la carrera y terminó Ale con una panza a punto de explotar, la cena que nos regalamos a fin de año la hicimos en un restaurant y fuimos caminando, creo que cada tres metros parábamos para que Ale se sentara y no perdiera a Josefina en el camino, se agarraba la panza, tomaba fuerza y seguía, pero no se iba a perder nuestro cierre todas juntas.
Josefina nació en Bell Ville en enero. Y allá nos fuimos todas a verla en un auto prestado.


A los meses Marce volvió a Jujuy de donde había venido a estudiar. Silvi ganó la residencia en Bs As y Vir y yo acá buscando trabajo y concretando planes de familia.
Así que quedamos tres. Vir quedó embarazada de Valen y al tiempo yo de Eze. Así que íbamos a compartir maternidades, charlas de chupetes, pañales, colores de la caquita del bebé y todas esas cosas que ustedes conocen.

Cuando nació Luisina, Vir estaba trabajando mucho, yo a las corridas con el trabajo, la formación y Eze, entonces la que me salvaba las papas en días en que la niñera faltaba o mi mamá no podía y el universo conspiraba en mi contra para llegar al consultorio fue la Ale. Pasaba corriendo por su departamento y le dejaba a Luisina, eso si: a Liusi solo le gustaba ver a Josefina por lo tanto si Ale la ponía de frente a ella lloraba. Si la volteaba hacia Jose se reía, así que mi pobre amiga pasaba tres o cuatro horas torturada por mi hija bebé sin protestar.

Fueron tiempos muy movidos para todas, pero nunca dejamos de encontrarnos, siempre había un lugar para unos mates terapéuticos.

Año 2001: llamado telefónico de Ale: "A Mauri le ofrecieron un puesto en otro lado.....España, nos vamos en tres meses..."
Y allá se fue. Despedida melodramática mediante. Y una larga espera hasta que se instalaran, pusieran internet y demás...
Y quedamos Vir y yo...recordando viejos tiempos como ancianas deprimidas, pero salimos pronto de ese estado..Y fuimos haciendo crecer nuestro vínculo con la nueva conformación: solo nosotras dos. Y es sólido, fuerte, y para mi muy necesario. Podemos llorar cuando no estamos bien, acompañarnos, consolarnos y hasta gritar como locas con un partido de tenis por la copa Davis avergonzando a nuestros hijos..


Con Ale nos adaptamos a conectarnos por mail, messenger y vernos cuando la inmigrante volvía para las fiestas, si le quedaba tiempo entre tooooda la familia que la reclamaba.

En el 2005 Ale volvió a Argentina, pero a La Plata. Nos vimos un poquito mas seguido, pero la escolaridad de los chicos, los trabajos, otros embarazos no dejaron que la frecuencia alcance.

Pero la buena noticia llegó ayer. Mensaje de Vir: "matate, la Ale se vuelve a Córdoba en enero".
Y se me sale el corazón de la emoción.
Y los mensajes de texto que no pararon por un rato, y que viene a vivir cerca de casa y que ya tiene lugar en una escuela de la zona, y que Vir también vive cerca.....Y que estoy muy feliz.



Y que la vida nos vuelve a reunir.
Y que nos han pasado muchas cosas a todas. Que los vínculos se pueden renovar, retomar, revivir. Y que es un buen momento para el reencuentro.
Y que Ale vuelva a ser parte de nuestra vida cotidiana, esa de todos los días, la del matecito de paso al trabajo, la del cafecito antes que los chicos vuelvan de la escuela, la de juntarnos y que los chicos jueguen, .....es genial.


Si, ya se que no es un post de crianza, aunque la maternidad nos transformó a todas y la compartimos desde muchos lugares.
Pero hoy estoy tan contenta con la noticia que no puedo escribir sobre otra cosa....


Buen fin de semana para todos.

miércoles, 26 de noviembre de 2008

cierres..



Alejo vino preocupado de la escuela.


Me dijo: "Estoy muy triste, yo no quiero otra seño que Andrea".



Ya saben que Andrea es la seño de la salita de tres de Alejo.


Se está terminando el año y ella les ha ido contando que el año que viene pasan a la salita de cuatro, pero que ella no va a ser la seño, y que será alguna de las que ellos conocen de las otras salas.



Me encantó que lo vayan trabajando con los chicos. Es un final, un cierre. Es bueno ayudarlos a despedirse, contarles que ella no va a estar, ponerlo en palabras y que ellos sientan estas cosas, como la tristeza que nos da terminar una etapa con alguien que queremos mucho.


Obvio que también les han contado todas las cosas maravillosas de pasar de sala, conocer algunos compañeros nuevos y crecer. Y eso también me gustó, que les muestren las dos caras de los procesos, cerrar y abrir cosas nuevas.

Y algo que me gustó más todavía es la carita de la seño cuando me decía lo que ella les dijo, se nota que ella también los va a extrañar, y eso está bueno, que se noten los afectos, que se transmitan las emociones.

Lo cierto es que a Alejo la idea no le gusta mucho. Lo hablamos, le conté que todos los años hay seños nuevas, le dije cuales habían sido las seños que él conoce de sus hermanos, y que va a tener a sus compañeros y a otros nuevos y se va a divertir. Por ahora se entusiasma con que ya llega su cumple, armamos la pile para mojarnos y ensayan mucho para la fiesta de fin de año.


Ah, y le regala muchas flores a su seño..... Y me dice: "yo le regalo flores a vos y a la seño Andrea".

Va procesando la despedida, la primera que le toca....Y como siempre, yo termino lagrimeando...

sábado, 22 de noviembre de 2008

Dos niños.


Cuando tenía 16 años me inscribí como voluntaria en el cottolengo Don Orione.

Estuve allí 4 años. Iba lo sábados o los domingos, según las actividades que me tocaran.

Fue una experiencia muy especial. Me conecté con historias dificiles, una realidad paralela al mundo que transitaba "afuera" de la institución.


Vi, escuché y vivencié innumerables cosas. Horribles algunas y geniales otras. Pero de todas aprendí, todas me tocaron y marcaron un camino especial en el momento de elegir mi profesión.

Hoy recordaba esos tiempos, ese lugar, los otros voluntarios, y vino un recuerdo a mi memoria.

Una tarde presencié el momento en que una familia fue a llevar a su hijita de aproximadamente 6 años para dejarla internada. Un auto caro, padres y hermano (de unos 10 años) muy bien vestidos. Bajaron del auto a la nena que no caminaba, usaba pañales y tenía la mirada absolutamente perdida. Era de pelo rubio casi blanco, ojos azules, piel blanquísima.

La pusieron en una silla y la mamá relataba de manera bastante fría para mi registro como la hacían dormir en un colchón en el piso porque si no tenía que estar pendiente si se caía de la cama. Se me pierden detalles de lo que hablaban los padres, yo miraba a la nena sentadita inmóvil en la silla y noté como el hermano la miraba, se fue acercando y puso una mano sobre ella. El nene empezó a llorar, intentaba controlar sus lágrimas pero solo lograba un puchero a punto de estallar en su boca. Los padres terminaron de decir lo que fuera que estaban diciendo a la monja del pabellón y llamaron al hijo para que se fuera con ellos en el auto. No se despidieron de la nena, solo se acercó el papá a tomar en brazos al hermano que comenzó a gritar y a llorar de manera furiosa porque no quería dejar a su hermanita. Lo arrastraron hasta el auto y se fueron.

Recuerdo que los fines de semana que siguieron nadie la visitó. Y que nos fuimos turnando entre los voluntarios de la semana y los de los fines de semana para hacerla tener contacto con el mundo. La hacíamos caminar entre dos, la sosteníamos, le cantábamos, le dábamos de comer. Ella comenzó a hacer contacto con nosotros, a sostener la mirada en los rostros y en los ojos de los demás. Se reía, y podía hacernos saber sus necesidades.

No sé cuanto tiempo pasó hasta que la visitaron. Solo recuerdo que con la única persona que se conectó durante la visita fue con su hermano. A él le sonrió, le buscó la mirada y solo hacia él mostró a su modo alguna emoción, sensación o lo que haya sido que ella estaba sintiendo....


Yo era muy chica. Hoy a lo mejor se me ocurre encontrar causas, explicaciones posibles a la actitud de esos padres con su hija enferma. Pero sigo igual de admirada de la relación que ese niño de 10 años había generado y establecido con ella, con su hermana. Puro contacto, pura emoción, sin los condimentos que una niña enferma pudo haber desplegado en los adultos que la recibieron en este mundo...

miércoles, 19 de noviembre de 2008

Día Internacional contra el abuso Infantil




Si. Hoy es ese día.

Y me parece bueno si podemos aprovechar para abrir nuestras miradas hacia esto que pasa y mucho.

Cuando empecé a ejercer la psicología, trabajando en pre parto, crianza y psicoterapia, me asombró la cantidad de personas que habían sufrido abusos siendo niñas.


La gran mayoría los sufría en manos de personas de su entorno mas cercano: padres, abuelos, tíos, etc.


Hasta ese momento, el abuso para mi era una estadística, un número, un caso descripto en un libro de psicopatología. Y de golpe, encontré la cara real, la persona detrás de ese abuso, una vida transformada por semejante agresión, una pelea constante por reparar, por salir de esa sensación fuerte e indescriptible del abuso. Algunas personas pueden pero otras no. Y aún las que pueden cambiar el rumbo cargan con el peso de una historia compleja, llena de inseguridades, temores, agresión y despojo...

Si escucharamos más a los niños. Si la justicia actuara protegiéndolos, si nuestra sociedad despertara ante estos hechos.....Algo sería distinto..

Les dejo un link con un relato que publiqué hace un tiempo pensando en estos casos.

martes, 18 de noviembre de 2008

¿Será la edad?

Hacía mucho que Luisina no escuchaba el viejo cd de chiquititas.
Ahora mismo lo esta haciendo y ¡por favor! me había olvidado el golpe depresivo de las letras:
"tengo el corazón con agujeritos", "¿por qué nadie me quiere?: yo quiero ser normal", "quiero poder pedir un regalo en navidad", "quiero decir mamá por una sola vez, quiero saber que está que no me la inventé".....

Ya sé, se preguntarán por qué dejo que ella escuche si me parece horrible. La respuesta es que a ella le gusta y baila y canta y monta todo un escenario en el living de casa...Y por que por lo que se observa, a ella no le causa esa sensación tan fea que me produce a mi...

Solo me pregunto si será necesario ese tinte triste en canciones infantiles....
Estaré vieja....¿será la edad?..

lunes, 17 de noviembre de 2008

Momentos


"Quiero vivir, quiero gritar, quiero sentir el universo sobre mí

Quiero correr en libertad, quiero llorar de felicidad.

Quiero vivir, quiero sentir, el universo sobre mi

como un náufrago en el mar

quiero encontrar mi sitio

solo encontrar mi sitio"


Cantar este estribillo en el auto todos juntos...fuerte, muy fuerte y con Amaral sonando...

Y cuando digo todos, es todos. Los cinco incluido Alejo...

No tiene precio...

(cualquier similitud con un comercial de tarjeta de crédito es pura coincidencia jaja).

jueves, 13 de noviembre de 2008

Cuidado, por favor....


Cuidar a nuestras madres.

A las madres que nos rodean. A las que conocemos y tenemos cerca y a las que nos leen o escuchan.

A las que nos buscan desde lo profesional porque necesitan ayuda.

A las que conocemos ocasionalmente, cruzamos en alguna sala de espera o reunión.

Cuidarnos entre nosotras.


A raiz de un newsletter acerca de "la muerte en la cuna" que me llegó al mail y lo que fue surgiendo en el blog de Xime sentí la necesidad de hacer este post.


Siento que tenemos que ser muy cuidadosos y respetuosos con las cosas que decimos.

Las emociones no se manejan como una ecuación matemática. Los seres humanos no somos una división, una suma exacta de factores que se repetirán caso por caso siempre del mismo modo.

La vida psíquica no se basa solo en los seres con huecos maternos o los que han tenido sostenes adecuados, eso sería muy simple. La vida psíquica es mucho mas que eso. La relación madre-hijo es mucho mas que eso.


Generalizar es dañino. Y hay temas en los que tenemos que cuidar al otro en la forma de decir, de exponer publicamente ciertos conceptos.

Es cierto que estudiar acerca de la psicología, las emociones, el terreno vivencial del otro, la psicopatología, nos ingresa en la búsqueda de causas para la dolencia, la enfermedad, el malestar del ser humano. Pero eso no nos habilita para generalizar. Podemos tener ciertas opiniones formadas, pero eso no nos habilita a juzgar a quien ha pasado por una situación tan traumática como la de perder un hijo.

Podemos sentir que lo mejor para los bebés es el apego, el contacto corporal y el sostén permanente, pero no podemos señalar a quienes no pueden, no les sale o no despliegan esas cuestiones tan fluidamente como otros.

Ni mucho menos sostener que esa será la causa de la muerte súbita, blanca o de cuna, como se la quiera llamar.

Y acá no me pongo a pensar necesariamente en cuales son esas causas. Porque eso se podrá ver en cada caso en particular. Acá pienso en las madres que han pasado por esa situación extremadamente dolorosa. Pienso en la situación de agregar culpas a las que naturalmente semejante hecho genera.

Sostener que ningún bebé sano muere si está en contacto con otro humano, es decirle a esa madre que su hijo murió porque ella lo descuidó. Imagino lo que puede sentir una mamá que ha pasado por esa situación leyendo cosas como esas, la mirada que harán los que la rodean, el dolor sumado a su dolor...Simplemente me resulta agresivo, fuerte, no me gusta.

Y vuelvo a decir, las cosas no son tan simples. Hay mucho mas para mirar, pero hay que estar dispuestos a hacerlo, tener elementos, saber de psicología profunda....Tenemos que tener la lucidez de escuchar el caso por caso....

Siempre nos puede surgir pensar en las causas de tal o cual cuestión, pero como dice el Dr. Carlos González: hay cosas que no se hacen.

¿Será posible que ampliemos las miradas y nos cuidemos un poco más?

Ojalá...


(Perdón si el post está algo desorganizado, la verdad es que me fue saliendo y así lo publiqué. Y gracias Xime por los contactos tan enriquecedores que siempre tenemos...)

lunes, 10 de noviembre de 2008

Crecen...Sí que crecen


Frases célebres de los hijos que van creciendo:

Ezequiel (11 años):

"Si má, me corto las uñas, pero las de la mano derecha no, así punteo con la guitarra"

"No entiendo bien, ahora que Zoe ya no me gusta ella me habla todo el tiempo. Y la que no me habla es la Vale, que si me gusta. ¿qué les pasa a las chicas?"

Luisina (8 años)

"Chau má, necesito seguir jugando sola en mi pieza"

"Esos juguetes podes regalarlos, ya estoy grande, no los voy a usar más"

Alejo (casi 4 años):

"Ey Mami, ya no soy un bebé, ¿no ves que me puedo vestir solo?"
"Mami, si Lucía esta enferma yo puedo cuidarla para que se cure"

"Mami, ya está, acá en la sala solo nos quedamos los niños, no es para las mamás"


Es genial verlos crecer, escucharlos decir nuevas palabras, cuestionarse sobre la realidad que los rodea. Me encanta cuando nos dan muestras del camino de crecimiento, esos signos de que se van independizando...Eso no quita esa sensación rara de nostalgia por esos bebitos chiquititos que eran solo nuestros....

Ah: otra cosita: Se reciben ideas de como explicarle a Ezequiel esos mecanismos femeninos por los cuales las niñas dejan de comunicarse con el niño que saben gusta de ellas....a ver que se les ocurre...

jueves, 6 de noviembre de 2008

Lo quiero compartir...


A esta altura de la existencia del blog, muchas de las que lo siguen, saben varias cosas de mi.
Nunca quise que fuera un espacio impersonal, meramente informativo o donde se transcribieran "recetas" (imposibles de llevar adelante) de como criar niños.
Tiene mucho de mi, de mis propias experiencias, de todo lo recogido en estos años de trabajo en maternidad y crianza. Y eso es lo que lo hace un espacio que quiero tanto.
Todas saben que para mi el contacto con ustedes es importante, saben que soy lectora de sus blogs y con muchas nos hemos comunicado por mail para acercarnos un poco más a pesar de la distancia que impone este medio. Con otras ya tenemos cita pendiente (con Laura en la plaza..ja).

Estoy dando vueltas parece.
Quiero compartir con ustedes algo que me esta pasando.

Muchas saben que la partida de mi amiga Vero ha sido algo que me movilizó de manera particular. Fueron momentos fuertes, que nunca imaginé que viviría de cerca. Y todo este año, el primero, en el que las fechas importantes se nos imponen dolorosas, el primer aniversario, sus hijos....todo este año ha sido especial.

Y a mi en lo personal me pasó algo que recién pude notar ahora.

Mantuve como una distancia de otras mamás de la escuela. No las que han estado siempre, con ellas seguimos cerca y haciendo pull y esas cosas. Pero con las mamás de la sala de tres de Alejo no me acerqué como lo hago habitualmente. Y me doy cuenta que era como una manera de protegerme: no me acerco, no formo lazos, no pierdo a nadie en caso de que algo pase..(ecuación que recién puedo hacer y que por supuesto no fue conciente para nada.)

Para mi los lazos, las redes femeninas son fundamentales en todos los ámbitos. Pero especialmente entre mujeres madres, en la crianza, en cuestiones emocionales y hasta en cómo organizarnos mejor para ir a los cumpleaños sin correr y perder todo el día en el intento.
Promuevo desde mi trabajo esas redes, las genero, las aplaudo. Las pongo en marcha con mis amigas.
¿Cómo me di cuenta de esto que me pasaba con las madres nuevas?:

Sus nombres son Cecilia y Alejandra. Ellas rompieron ese muro que puse sin querer. Fueron entrando. Fueron armando esa red de manera silenciosa, pero con sonido a la vez. Ese sonido que me hace querer ser parte de esos lazos tan especiales. Me fueron recordando que "ese" contacto diario, esa complicidad me es sumamente necesaria y me genera bienestar.

Fueron ofreciendo espacios, abriendo puertas, llevando a Alejo si yo no podía. O acercándonos a casa cuando me quedé sin auto.

Con Ceci empezamos un poco antes. Nos unen muchas cosas. Ella es lectora fiel del blog, comparte muchas miradas y le apasionan los temas de crianza. Arrancamos por ahí y un mate llevó al otro y a las caminatas alguna mañana que el tiempo nos da. Aparte del hecho que Alejo se "compró" a sus dos mellizas, sobretodo a Lucía..

Con Alejandra el vínculo es mas nuevito y fue impulsado por nuestros hijos Alejo e Inés que se hicieron muy compinches y nos hemos acercado por las visitas que ambos hacen a la casa del otro.
Y como cuento con este maravilloso espacio donde decir, contar y compartir. Quiero agradecerles. Que estén cerca, que hayan tocado la puerta. Que movilizaran estas cosas fuertes en mi. Que me recordaran que necesito estos vínculos. Que me impulsaran a conectarme incluso, con lo que cada una me recuerda del vínculo que tenía con Vero, a pesar de ser personas diferentes y particulares.
Se van cerrando algunos ciclos. Y por suerte otros se abren....La vida misma ¿no?.
Gracias.
A Cecilia y Alejandra....

martes, 4 de noviembre de 2008

Suerte


Fui a buscar a Alejo a la escuela.


Charlamos mientras íbamos para el auto. Hacíamos algunos chistes, carreritas y esas cosas.


Nos subimos, él se puso el cinturón. Me dió el okey para arrancar y se quedó calladito una cuadra entera.


- Má.
-¿Qué?.
- Que suerte que soy tu hijo.
Me mató de amor...Sentí algo muy raro. Como que me recorría todo el cuerpo.

- "Si que es una suerte " le dije.


Y pensé en todos esos momentos en que una como mamá se pregunta si esta haciendo bien las cosas. Sabiendo que a veces los tiempos nos corren, algunos problemas nos sobrepasan y tenemos tanto de que ocuparnos. Teniendo miedo de no estar llegando a los hijos de la manera adecuada.

Alejo ese mediodía me dió una respuesta a esos momentos de duda.

Si el supiera la suerte que siento yo de tenerlos a él y a sus hermanos como hijos....