viernes, 31 de octubre de 2008

Mas que una pediatra.









Luego de la experiencia que nos tocó vivir cuando Luisina nació, no fue fácil pensar en el nacimiento de Alejo despojándome del miedo, de la angustia porque sentía que "algo" podía pasar.

En realidad me preocupaba esto de que los médicos y las enfermeras no me creyeron cuando les dije que "algo" le estaba pasando a mi beba.

Entonces, embarazada de Alejo recordé una pediatra que durante la internación en la Neo de Luisi estuvo muy cerca, disponible. Charlaba conmigo en la madrugada mientras yo miraba a Luisina o la amamantaba. Estuvo muy pendiente de sus estudios y de nosotros. En ese momento era residente del hospital.

Pedí una consulta con ella, y me senté en su consultorio con un embarazo de apenas 4 meses a contarle todo esto que me pasaba. El miedo, la angustia y la necesidad de que al bebé que venía lo recibiera alguien que me diera confianza y que confiara a la vez en lo que yo le dijera. Que me escuchara y no me tratara como una madre tonta que no entiende nada de bebés.

Ella recordaba todo lo que había pasado aunque Luisina ya tenía 5 años.
Encontré una persona sensible, conectada con los otros y con una disposición increíble.
Me prometió acompañarnos en el parto y ser ella quien recibiera a ese nuevo bebé.
Nos seguimos viendo durante el embarazo porque comencé a llevar a mis otros niños a consulta con ella. Y cuando se acercó la fecha coordinamos llamarla cuando estuviera en trabajo de parto.

El día que nació Alejo nos comunicamos y ella se mantuvo informada con los médicos de la guardia. Lo cierto es que cuando paso a sala de partos no la veía, pero eran muchas cosas al mismo tiempo las que sentía y estaba viviendo. Pero en el momento de los pujos, se abrió la puerta y entró corriendo para recibirlo.

Les aseguro que lo envolvió con tanto cuidado, con tanto amor. Lo revisó enterito mientras le decía palabras lindas, lo elogiaba, lo tranquilizaba. Me iba contando que estaba perfecto. Y por último se acercó y me lo entregó con mucha delicadeza. Le pedí que me diera la mano y le agradecí. Me regaló mucho más que una atención médica, me devolvió la confianza, calmó mi ansiedad. Se quedó un largo rato en el hospital. Sabía que para mi esas primeras horas eran las importantes. Ale estuvo perfecto. Nada pasó, ni la historia se repitió. Pero siempre voy a agradecer haber tenido a esa persona comprometida con lo que hace, para devolvernos la confianza y la seguridad.

Pasó el tiempo, ella siguió el crecimiento de Alejo. Y quedó embarazada de su tercer hijo.

Ayer volviendo en el auto a casa del trabajo la vi con su bebito en brazos. Paré para saludarla y conocer al bebé. Cuando le pregunté como estaba me dijo "así de babosa como estabas vos con Alejo.." hablaba con la cara iluminada, una sonrisa enorme y una mirada que me hizo recordar todo esto que cuento acá. Me alegró verla así...

Y le agradezco otra vez desde este blog..
Su nombre: Carola Arazi. Del Hospital Privado

miércoles, 29 de octubre de 2008

Los papás


En ocasiones me he preguntado por el puerperio masculino.

Tranquilas. No pretendo arrebatarnos a las mujeres el gran derecho a transitar esta etapa de manera exclusiva.

Pero siento que cuando nace un bebé, el papá también se moviliza de manera particular.

Más allá de las cuestiones físicas que nos envuelven luego de un parto, una cesárea. O las que se desencadenan mientras intentamos amamantar, o cuando ya lo hemos logrado. Más allá de nosotras mismas.

Nace un bebé y el hombre se convierte en papá......

Vivencia fuerte. Irrumpen sus propias cuestiones de hijo, sus tramas vinculares pasadas.
La mujer transita el puerperio, y él queda ubicado por las tendencias actuales en un rol meramente sostenedor del vínculo entre la madre y su hijo.

Y en ocasiones parece que no pudiera sentir la necesidad de tener a ese hijo en brazos, mirarlo embobado todo el tiempo que tenga ganas o acostarse con él para una siestita.
Me encanta que las mujeres busquemos sostén del hombre para vincularnos con el bebé y conectarnos con todo lo que emerge de esa situación, es fundamental. Pero ¿que pasa con este papá internamente?

Dificil generalizar, como en todo. Pero he visto a muchos papás muy conectados con sus bebés y disfrutando mientras ejercen esos cuidados de todos los días como el baño, un paseo, hacerlos dormir, cambiar los pañales.

También los he visto encontrarse con sus demandas infantiles no satisfechas, con sus abandonos primarios, cuestiones que quizás terminan desplegando en el vínculo con la mujer y entonces puede aparecer como pobre en su rol de sostén. Que deja sola a la mujer puérpera, pero que en realidad se puede tratar de una desestructuración que tiene que ver mas con él que con ella.

Me gusta pensar en este vínculo, no solo para que nos ayuden a las mujeres sino para que se encuentren papá y bebé. Para que se conecten. Para que desde lo afectivo logren desplegar una relación fundante y única.

Por cuestiones biológicas y de la naturaleza femenina, creo que nosotras transitamos una conexión intensa, fuerte y hasta desestructurante con nuestro bebé, con nuestro convertirnos en madres, con nuestros puerperios.

Pero la paternidad no es un asunto menor en cuanto a lo que despierta en muchos hombres. Moviliza. Conecta, desestructura también.

Para tener en cuenta, mirar y sacar conclusiones..

sábado, 25 de octubre de 2008

Tema pañales!!



Con el tema de los pañales, me pasa algo parecido que con el chupete y la mamadera .



Creo que cada niño tiene sus tiempos, su momento particular. Y ese momento irá llegando solo, sin mayores esfuerzos ni complicaciones.
Es más, creo que algunas complicaciones en el proceso de control de esfínteres son en realidad incorporadas por nosotros mismos si nos apuramos y lo apuramos. Incluso, las fórmulas que ponemos en marcha pueden ser mas traumáticas que estimulantes.

A los dos años, muchos creen que llegó el momento entonces comienzan una carrera a contratiempo para que antes que el veranito termine, el niño controle su pis y su caca. "aprovechá y sacale los pañales": típica frase que suena en boca de quienes rodean a la madre en cuestión...."Sacale", no me suena, me gusta mas que el niño los deje.

Porque si se los sacamos sin que este listo el pobre termina ensuciándose y sintiéndose muy incómodo sin entender por qué.
Contarle, explicarle, pedirle que como está grande es tiempo de que nos avise cuando tiene ganas de hacer, mostrarle que puede hacer en el baño, acompañarlo. Todo eso se puede hacer sin exponerlo a sentirse manchado.
Podemos usar los pañales que se bajan como bombachitas y el proceso se hará igual. Sacarle el pañal no garantiza que se adquiera el control de esfínteres, para nada.

Tiene mucho mas efecto acompañarlo, entenderlo, ayudarlo. Festejar cada vez que nos pida ir al baño y logre aunque sea hacer una gotita, aunque el resto quede en el pañal.
Lo podemos dejar con calzoncillos o bombachita por momentos y no es volver atrás ponerle pañales si es necesario. Todo es un proceso y tiene sus tiempos.
Cuando no puede controlar, no puede. No lo hace porque si, simplemente no puede. Ya podrá, a su tiempo, tiempo que podemos acompañar con paciencia y métodos intermedios que no lo exponga ni nos exponga a situaciones desagradables y que en definitiva no sirven para que el niño adquiera el control..

viernes, 24 de octubre de 2008

Nací para esto...


Gimnasio.
Tres de la tarde.
Mujeres.
Alguna soltera sin hijos.
Otras con uno, dos o tres hijos.
Charla post actividad física: calorías, alimentación, corridas para llegar a las clases, dietas.
Ella con su botellita en la mano. Alta, entrenada, flaca.
Una expresión de paz en su cara y siempre con una sonrisa y buena onda. "Seis hijos".
-¡¡¿Seis?!!- preguntaron algunas entre sorprendidas y horrorizadas. - Y ¿cómo hacés?

- Es que soy de contextura flaca de siempre - Contestó, creyendo que le preguntaban por su cuerpo.

- No, ¿como haces con seis hijos? - repreguntó la compañera, sin sacar su cara de asombro.

- Es que yo nací para esto. Siempre supe que quería tener muchos hijos, una familia así. Y tengo seis por ahora, nunca cierro la posibilidad...(Mantenía iguales condiciones en su rostro que las descriptas anteriormente)

Me encantó: "Nací para esto.. "
Contundente, fuerte, y con orgullo.
En una sociedad donde está como devaluada la tarea de la maternidad frente a otras que serían "productivas", no siempre se escucha a una madre así...

lunes, 20 de octubre de 2008

Mamás en búsqueda


Las otras madres.
Las que desean un hijo. Las que buscan incansablemente.

Muchas de ellas pasan por exámenes médicos invasivos, dolorosos.

Esperas, angustias, incertidumbre.

Llevan cuentas interminables de períodos, hormonas y ovulaciones.

Se vuelven expertas en terminología médica que hacía un tiempo atrás desconocían por completo.

En este camino de los blogs he conocido a muchas de estas mamás.

Las que buscan, desean, esperan.

Las que luego de un tiempo de intentos se cansan, retoman el camino.

Pierden esperanzas y las recuperan.

Dicen basta, y al otro día toman impulso nuevamente.

Me pregunto como son miradas, escuchadas.

Si las sostenemos como sociedad, si compartimos su camino.

Si entendemos que los tratamientos no solo son costosos en lo económico, sino también en lo emocional, en lo afectivo.

No es simple desde lo psicológico enfrentar problemas de infertilidad.

Internamente aparecen frustraciones, culpas. Se mueven espacios femeninos de los más profundos. El "no poder" se inscribe, golpea y sacude.

La relación con el propio cuerpo se resiente. Se vuelve una pelea, una escisión.
En muchos intentos se logran embarazos y se pierden.
La relación con la pareja sufre altos impactos también. Otra vez: culpas, escisiones, frustraciones.

Muchas voces se levantan, como pasa con todos los temas. Muchos opinan. No todos saben. Y nunca se puede abarcar en conocimientos y palabras al otro ser humano que sufre.
No hay miradas simples posibles.
Cuando alguien dice -"bueno, con tantos chicos que hay sin padres, podrían adoptar"- la gente no se conecta con el deseo interno de esa mujer que espera. Con el de esa pareja que quiere tener su propio hijo.
No todos estan preparados para adoptar un bebé. No todos han llegado al momento en que pueden desistir del intento aunque sea por un tiempo.
Cuando escucho -"pero si cuando adopten seguro queda embarazada porque deja de estar pendiente"- no escucho que se de al hijo para adoptar el lugar merecido que necesitará para reparar su historia primaria de abandono. Hay que recibir a ese hijo como tal, y no como un medio facilitador del hijo biológico.
Cada madre, cada pareja irá tomando sus decisiones. Algunas optarán por la adopción, pero otras no. Y todas las decisiones son respetables. Ninguna fácil.
A veces pienso que las madres que hemos tenido la suerte de poder lograr nuestros embarazos de manera natural, sin tantos médicos, estudios, dolores en el camino, desconocemos esta otra cara de la procreación.
Siento que esas sensaciones de poder, inmensidad y fuerza que nos da el estar embarazadas son justamente las que se mueven de otra manera en estas madres en búsqueda.

Por eso mismo el día de la madre me hizo pensar en ellas.
Admirando las ganas que le ponen a cada nueva etapa del camino.
Y queriendo desde este lugar, nombrarlas también.

sábado, 18 de octubre de 2008

Día de la Madre


Día de la Madre.
Queriendo escribir un post para saludar a todas.
Siento que todo el blog es un permanente saludo a las Madres. Un lugar de encuentro. Un espacio para compartir vivencias, pensar, conocer.
Este blog, que tanta alegría me regala, es para las Madres.

Para las que no pudieron a pesar de intentarlo.

Para las que intentaron y pudieron.

Para las que estan embarazadas.

Para las que desbordan maternidad por todos sus costados.

Las que parieron y las que adoptaron.

Para las que crecieron en el camino y las que en el camino se aturdieron.

Para las que disfrutan, se alimentan y hacen de esta tarea "su" tarea.

Para las que caminan los pasillos de una neo, esperando poder ver a sus bebitos.

Para las que delegan por sentir que no pueden, las que lo hacen porque no les queda otra opción y las que no pueden delegar nada.

Para las que caminan solas, empujando el carro de manera mas intensa.

Para las que están acompañadas, mucho o poco, según.

Para las que salen todos los días como en una carrera a contratiempo para trabajar, cumplir horarios, generar ingresos, crecer profesionalmente.
Para las que pelean diariamente por los derechos de sus hijos.

Para las que la maternidad las ha llenado de reparaciones sanadoras.

Para las que han perdido un hijo. Para las que los están buscando.

Para las que están y las que no.

Para todas las mamás que en estos años me han regalado la posibilidad de acompañarlas en el camino.

Para mis amigas que son mamás.

Para las mamás blogeras con las que comparto esta relación enriquecedora.

FELIZ DIA.

Y un beso especial para mi mamá.
Que nos crió lejos de su país, de sus raices y sin muchos sostenes femeninos al alcance de la mano.
Que se dedicó toda nuestra infancia a estar cerca nuestro y ocuparse de nosotras.
Que hoy es una abuela dedicada, malcriadora y muy presente..

jueves, 16 de octubre de 2008

De chupetes y mamaderas


Leyendo el blog de Laia, quien salió muy movilizada de la consulta con el pediatra me quedé pensando.....

Todo dividido casi matemáticamente por etapas.
Parece que cuando nuestro hijo cumple el mes ya debe dormir toda la noche.
Que si cumplió los tres meses ya no debería tener cólicos.
Que a los ocho meses tiene que entrar en la angustia correspondiente.
Al año, será mejor que camine.
Ni hablar si volamos en el tiempo y llegamos hasta los dos años, cuando puntualmente se nos dirá que el chupete y la mamadera deben ser suprimidos, desplazados, escondidos, perdidos, regalados y todo lo que sirva para que desaparezcan de la escena en la que criamos al pequeño. Todo esto bajo la opinión generalizada de que "ya es grande".
(Dejemos para un próximo post el tema del pañal...porque es largo)

Esta bueno tener parámetros acerca de la evolución del niño, pero como guía, no como reglas rígidas que si no se cumplen puntualmente se transforman en dardos disparados hacia los padres o, incluso hacia el mismo niño.
Parece que mucha gente, incluso profesionales de la salud que acompañan a las familias en el desarrollo se manejan por una brújula que mide y orienta según las fechas del documento y no mirando al niño particular que tenemos frente a nosotros. Niño que vive en un determinado contexto, con cierto tipo de entorno y con una evolución particular. Un niño que tiene necesidades, que está mas apegado a ciertos objetos, que tiene sus propios tiempos y formas para ir avanzando en su desarrollo.
Entonces cuando llega la fecha indicadora de que es momento de que el chupete no se use mas, listo: se le inventa una historia horrible donde algún ser malvado le roba su objeto tan preciado, o se lo saborizan para que este feo, o se lo cortan para que no lo pueda succionar. Lo mismo sucede con las mamaderas.

Y esto es personal: no me gustan estas cosas. Si nos tomáramos mas tiempo, y fueramos estimulando al niño para ayudarlo en esos pasos la historia sería otra. Me resulta violento "quitarle" su chupete y su mamadera. Me gusta más proponerle, en el caso del chupete, que en determinados momentos no lo use, contarle por qué, hacerlo parte. En el caso de la mamadera, ir presentándole otras opciones, que el participe de la elección de un nuevo vasito que le guste. Ir reemplazando de a poco, mostrarle la ganancia y no hacerlo perder violentamente su objeto. Definitivamente será una pérdida, y eso es parte del crecimiento: perder, renunciar, dejar atrás. Crecer...ni más ni menos.
Pero se puede hacer de manera más respetuosa.
Podemos conectarnos mas con la relación que el niño tiene establecida con estos objetos que nosotros mismos le hemos ofrecido y le festejábamos su uso hasta hacía tan poco tiempo.

¿Por qué entendería que de un momento a otro "necesita" dejarlo.?

Mirando al niño real que tenemos frente a nosotros y no al que describe un libro de evolutiva, podemos encontrar la forma de acompañar de manera empática estos procesos.

martes, 14 de octubre de 2008

Hermanos y diferencias...



Gilda me preguntaba en el post anterior por las diferencias entre los hijos....



Dificil la pregunta, o mas bien la respuesta..

Cada hijo ocupa un lugar particular. Porque es un ser particular.
Cada hijo llegó a la familia en un momento, orden y circunstancia especiales.
Cada hijo despierta sensaciones diferentes.
Nos moviliza desde lugares distintos a los otros.
Siento que definitivamente no somos los mismos padres de todos nuestros hijos.
Quizás con el primero nuestra inexperiencia y miedos nos atrapan y con el segundo en ese aspecto nos relajamos. Con el segundo sentimos miedo que sufra el primero y con el tercero ejercemos un disfrute mas despreocupado. Con el tercero vivimos corriendo y con el primero nos podíamos dedicar más a algunas cuestiones. El primero no tiene hermanos y los otros llegan cuando ya los hay...
Hay circunstancias ocasionales que pueden marcar la llegada de cada hijo, duelos en curso, problemas laborales o económicos, crisis de pareja o familiares, etc. O a la inversa: crecimiento laboral, momento intenso de encuentro en la pareja, etc.
Diferencias....hay.
Cada hijo nos sumerge en aguas distintas.
Nos mueve de manera especial partes de nuestra historia.
Y desde ahí creo que las diferencias son sanas y necesarias, mientras estén sostenidas por ese amor particular que sentimos por cada uno. Mientras que sea una diferencia que no separe, no lastime, que no genere sensaciones desagradables entre los hermanos.
Son dolorosas las diferencias que ubican a alguno como depositario de todo lo negativo y otro queda resguardado entre lo positivo que tenemos para ubicar. Ahí entraríamos en terreno de lo que no es saludable.

Es cierto que hay familias que marcan diferencias fuertes. Diferencias que tienen que ver con el amor, con el vínculo profundo que sostiene la relación. Diferencias en cuanto a las potencialidades que atribuyen a cada hijo para enfrentarse a la vida. Diferencias según el sexo en cuanto a permisos, derechos. Diferencias que enferman.
Las otras, las diferencias por la diferencia misma que existe entre un hijo y otro. Las diferencias porque con cada uno establecemos un vínculo único. Las diferencias porque son personas diferentes, son sanas, necesarias y generan crecimiento. Son las que le darán a cada persona el contexto de individualidad con el cual se va a desarrollar en su vida.
Vuelvo al post sobre la llegada de los hermanos. El amor por los hijos se siente, no se mide por mitades ni por cuartos. No me sale definir el amor por mis hijos como igual, parecido o distinto. Se siente amor...
Les vamos dando a los hijos lo que podemos, lo que nos sale. Puede ser que hagamos alguna diferencia, sin quererlo, o porque alguna circunstancia especial se nos presenta. Siempre hay tiempo de mirar, de revisar y reparar.
Puede ser que, por ejemplo, sin darnos cuenta ubiquemos a alguno en situación de mayor fragilidad entonces le dejemos pasar algunas cosas que a los otros no. Y así como esta muchas situaciones.
Escuchando a los chicos atentamente podemos descubrirlas. Todo es cuestión de mirar el camino de la crianza. Escuchar y abrir puertas internas.
Una cosa: Hacemos diferencias. Cuando las corridas diarias nos hacen encontrarnos con las demandas de todos, al mismo tiempo, y con la urgencia de recibir lo que piden, es imposible cubrir esas demandas al unísono, y en sintonía para que nadie se sienta herido. Nos pasa. Porque no se puede con todo, yo por lo menos no puedo.
Vamos respondiendo como nos sale. La perfección se me hace imposible, por suerte.
La respuesta inmediata a todos también.
Y una relación "igual" con mis tres hijos: impersonal.
Hay mucho para pensar sobre este tema..Aportes: bienvenidos.
(Gilda. Espero que te haya aclarado algo el post. )

lunes, 13 de octubre de 2008

Diálogo 8 - Alejo



Hoy, luego de dos dias de lluvia amaneció nublado, pero sin agua cayendo.

Como pasamos el fin de semana en Santa Rosa Alejo se despertó algo desorientado. Estaba conmigo en la cama. Se dió vuelta, acercó su cara a la mía y me dijo:


- Mami, yo quería que llueva.


- ¿Por qué?


- Para abrazarte mejor.


No tengo nada que agregar... ¿Será que con la lluvia le dan mas ganas de abrazar?.


Buena semana para todos..

miércoles, 8 de octubre de 2008

Regalo


Que se va a poner celoso. Y los celos lo van a hacer sufrir.

Que perderá su lugar de privilegio y lo vamos a lastimar.

Que no tendremos la capacidad de querer tanto al que viene como a él, que fue el primero.

Que este amor inmenso que nos despertó no es repartible, y nosotras tampoco.

Que seguramente hará retrocesos en sus aprendizajes, o regresiones, o como se llamen. No sé, eso que todos dicen.

Que al que llega mejor lo ponemos directamente en otra habitación para evitar sensaciones desagradables al mayor.
Que no festejen delante de él al recién nacido.

Que mejor lo dejemos participar en todas las cosas del bebé porque si no el daño será terrible.

Son algunas de las cosas que se nos plantean con el segundo embarazo en relación al primer hijo.

Y esto nos puede quitar del foco el gran regalo que un hermano significa.

Y a la vez, despoja al que viene del derecho de ser un bebé con necesidades y ciertos privilegios.

Siento al hecho de tener hermanos como fundante en muchos aspectos.
Se trata de un compañero, un cómplice para la vida.
Un otro que transforma los vínculos de manera estructurante. Que habilita regiones, puebla espacios y desencadena situaciones de aprendizaje, inclusión y generosidad.

Un otro con quien se reparten los ideales maternos y paternos depositados sobre los hijos.
Claro que también provoca enojos, celos, rivalidades, competencia. Y todo eso es necesario, para la vida, para las relaciones, para el entramado familiar.
El nacimiento de un hermano es una oportunidad única de contarle al primero como eran los tiempos en que fue bebé. Explicarle de los cuidados especiales que le dimos, la atención, los brazos, la teta...
Incluirlo pero sin hacerlo cargo. Dejarlo sentir que ese bebé se puede tocar, se puede mimar, que no es ajeno a él, sino que es accesible. Que integra y no que separa. Que une a través de las experiencias nuevas que nos trae.
Y nosotros los padres, no necesitamos repartir el amor. El amor por los hijos se siente. No se mide por mitades ni por cuartos.
El amor está, es, nos atraviesa y lo transmitimos.
El amor es esa vida nueva que llega a la familia y el lugar que le damos a cada hijo desde su "ser" particular....

sábado, 4 de octubre de 2008

El primogénito....


Hace 11 años estábamos tu papá y yo en el hospital esperando que nacieras.
A las cuatro y media de la tarde salí de mi reposo por preeclampsia, gracias a un golpe fuerte y repentino que sentí....Te habías encajado. Me dolía. Y arrancaron las contracciones.

Seguiditas, con algo de dolor, pero soportables.

Papá estaba pintando el mueble que te habíamos comprado. Y entonces no le dije nada, esperé un ratito...¡¡así lo terminaba de pintar!!

Controlamos las contracciones. No paraban, cada vez dolían mas...Definitivamente ibas a nacer.

Como una bruja intuitiva, llegó tu abuela, mi mamá, arrastrando a mi papá que quería ser prudente y no seguir el presentimiento de ella, que le decía que por "algo" tenía que ir a casa.
Entonces nos fuimos con ellos al hospital.
Eran cerca de las ocho de la noche. Sábado como hoy. Guardia, revisación de la médica. Se rompió la bolsa: "este bebé nace en poco tiempo".

¡Increíble! Tanto esperarte, el primer bebé. Las ansiedades, la espera interminable, la preeclampsia, las corridas al hospital, el reposo, los viajes de trabajo de papá, los traslados a la casa de los abuelos para no estar sola...Y en un rato empezaría otra parte de la historia.
Llegó Claudia . Qué tranquilidad, verla cerca nuestro, después de todo lo que nos sostuvo en el embarazo, de toda su atención y cuidados.
Mucho respirar, acomodarme, enojarme con papá cuando me preguntaba si venía otra contracción. Pedirle que me hiciera masajes para el dolor, que me diera la mano.
La dilatación avanzaba, estabas cada vez mas cerca.
"Unos pujitos y vamos a la sala de partos", dijo Claudia.
Y así fue. Naciste a las 12:20.
Saliste tan rápido, tan suavecito.

Para mi eras perfecto. Papá no se olvida de la sensación terrible de creer que "esa" cabeza que veía nunca se acomodaría.

No pudiste ir con nosotros a la habitación, por un ruidito que hacías al respirar. Papá hizo un surco entre la habitación y la neo. Eso lo tranquilizó, porque vio como aquella cabeza escalonada, se fue transformando con las horas.

Al otro día, finalmente nos volvimos a encontrar, y comenzamos este camino en el que estamos.

Fuiste el primer bebé de la casa. El que inauguró sensaciones, espacios, sentimientos nuevos.

Fuiste el rey de la casa. Pasé días enteros mirándote, maravillada con tu perfección. Deseando que despertaras para verte los ojos, para conectarnos.

Supongo que habrás cargado con miedos de las madres que arrancan, que están aprendiendo. Pero hoy cuando te miro, recuerdo esas mañanas en que chiquitito te dejaba cerca mío en la cama, nos despertábamos a nuestro ritmo, tomabas la teta cuando querías....Supongo que no lo hice tan mal a pesar de no saber...

Después......Muchas cosas.

Pero hoy, me sale recordarte de bebé. Recordarme empezando. Recordar a papá que te cambiaba, te bañaba, te limpiaba el ombligo los primeros días porque yo no me animaba.

Recordar la maravilla que fuiste para tus abuelos, el primer nieto, y para mis abuelos, el primer bisnieto....Para mi hermana, el primer sobrino....

Definitivamente, ese 5 de octubre de 1997, cambiaste la vida de muchas personas.

Gracias...Te amamos

Feliz Cumple!!!
(Acá unas fotitos del festejo familiar)

miércoles, 1 de octubre de 2008

Niños, según sean vistos


Algo más de Aletha Solter que me gusta mucho:
Es un fragmente de su artículo "¿Son los niños esencialmente malos?":
"La idea de que el ser humano nace con una naturaleza maligna está en la base de la actitud hacia los niños que tenemos en la cultura occidental. Normalmente se cree que los niños nacen con impulsos y tendencias inaceptables que no van a desaparecer a menos que se enseñe a los pequeños a controlarse y comportarse, lo que implica negar su naturaleza interna. Los defensores de esta teoría consideran que el papel de los padres es civilizar y domar la naturaleza salvaje de los niños.
Esta teoría presupone que los niños tienen el instinto de pegar y morder a otras personas, que no desean usar el lavabo ni aprender a compartir, cooperar o ayudar a otra persona, y que robarían, mentirían y destrozarían las cosas a no ser por la disciplina y la enseñanza de valores morales y normas sociales.

(......) si pudiéramos tratar a un bebé desde el comienzo con una actitud abierta y acogedora, seríamos capaces de percibir con nitidez la extensa bondad del ser humano.

Veríamos una tendencia innata para el crecimiento físico, mental, y emocional, un esfuerzo por entender el mundo, una asombrosa capacidad para dar y recibir amor, cooperar con otros seres humanos, aprender nuevas habilidades, y adquirir conocimientos enriquecedores.

Seríamos testigos de la capacidad del ser humano para alcanzar los niveles más altos de su potencial.

Si supiéramos satisfacer todas las necesidades del bebé con amor, comprensión, estímulos, proximidad y alimento, y lo tratáramos con el máximo respeto y confianza, veríamos crecer al ser humano, no como un monstruo destructivo y egoísta, sino como un adulto considerado, inteligente, cooperativo y cariñoso.

Cuando los adultos tienen tendencias hacia la destrucción o la violencia, deberíamos de asumir que sufrieron abusos o fueron maltratados de niñ@s. La gente no actúa de malas maneras o se comporta estúpidamente, a menos que haya sufrido comportamientos dañinos de otros, o no hayan sido atendidas sus necesidades cuando niñ@s. (....)"
Un comentario de Edith a este post me hace querer aclarar que lo que me parece interesante de estas palabras es la posición inicial en la que un niño es recibido. No es lo mismo que la sociedad lo vea como alguien a domesticar, que sostenerlo, escucharlo y comprender amorosamente sus necesidades.
Siento que las conductas violentas no son porque sí. Y si bien son determinadas por muchos factores, las relaciones primarias seguramente tienen alguna implicancia. No se trata de un dos mas dos: niño violentado: adulto violento. Para nada. Y las violencias no son solo los golpes o los abusos. Hay omisiones, abandonos, falta de empatía, de escucha, de satisfacción de demandas de todo tipo, desvalorización, etc.
Por suerte muchos niños que han sufrido violencia, han podido generar una vida distinta de adultos. Con vínculos mas sanos y mucho esfuerzo para reparar su propia historia.
Igual, como siempre digo, no hay una sola forma de mirar...Y de todo podemos aprender algo...