Encontré este relato de Galeano, que me recuerda el post acerca de la autoestima que tanto movilizó a los Blog-lectores. Del libro "Bocas del Tiempo".
"El pueblo de Cerro Chato nunca tuvo ningún cerro chato ni puntiagudo. Pero javier Zeballos recuerda que Cerro Chato sí tenía, en los tiempos de su infancia, tres comisarios, tres jueces y tres doctores.
Uno de los doctores, que vivía en el centro, era la brújula de los mandados. La mamá de Javier lo orientaba así:
- De la casa del Doctor Galarza, vas dos cuadras para abajo.
- Esto queda en la esquina del Doctor Galarza.
- Andá a la farmacia que está a la vuelta del Doctor Galarza.
Y allá marchaba Javier. A cualquier hora que pasara por allí, con sol o con luna, el Doctor Galarza estaba siempre sentado en el zaguán de su casa, mate en mano, dando cumplida respuesta a los saludos del vecindario, buenos días, Doctor; buenas tardes Doctor; buenas noches, Doctor.
Ya Javier era un hombre crecido, cuando se le ocurrió preguntar por qué el Doctor Galarza no tenía consultorio médico ni estudio jurídico. Y entonces se enteró. Doctor no era: se llamaba así. Así había sido anotado en el Registro Civil: Doctor de nombre, Galarza de apellido.
El papá quería un hijo con diploma, y aquel bebé no le pareció digno de confianza."
Cuando lo leí, pensaba en ese bebé mirado sin confianza por su papá y nombrado desde allí. Desde lo que No iba a poder ser, las expectativas que no podría cumplir según esa mirada.
4 comentarios:
No entendí... es necesario que entienda para comentar??
No. Linda Xo. Con mas tiempo lo explicamos juntas.
Besos
Dios nos libre de tanta opresión! Qué m... que haya padres tan limitados.
Dejar volar un a hijo con sus propias alas es una de las mejores cosas que le puede pasar al mundo!
Besos!
Hola Mai:
Ac{a en un cyber respondiendo.
Es cierto no? Hay ocasiones en que los padres no pueden proyectar en sus hijos desde lo positivo y dejarlos crecer. Lo bueno es ver estas cosas y generarespacios diferentes.
Besos grandes.
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