
Un fragmento del artículo de Aletha Solter "¿Qué hacer cuando el bebé llora?:
"El llanto de los bebés es una fuente de preocupación para muchos padres. Cuando un bebé llora y no sabemos porqué, nos ponemos nerviosos y se despiertan en nosotros sensaciones de ansiedad, desamparo, frustración e incompetencia que pueden ser seguidas de enfados, cólera y hostilidad.
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En primer lugar, una vez descartados los problemas médicos, hay que comprobar si hay necesidades o malestares inmediatos, como hambre, frío, etc.. Pero si el bebé sigue estando molesto o "quisquilloso" después de que hayamos satisfecho sus necesidades primarias, deberíamos sostenerle en brazos cariñosamente y permitir que continúe llorando. El bebé necesita proximidad y atención cuando está llorando, y nunca deberíamos dejarle solo. Aunque nos sintamos impotentes e inútiles sosteniéndole mientras llora, estamos, en realidad, proveiéndole del apoyo emocional que necesita mientras expulsa hacia fuera la tensión acumulada. El bebé no nos está rechazando cuando llora. Más bien se siente lo suficientemente seguro como para mostrarnos sus sentimientos. El igual sucede, en algunas ocasiones, cuando una persona adulta que está pasando por una mala racha comienza a llorar cuando es abrazada por un amigo de confianza, quien reconoce sus dificultades.
Los padres que sostienen a sus bebés y les permiten expresarse de esta manera, notarán generalmente que sus bebés estarán relajados y contentos después de estas expresiones catárticas, y duermen mejor por la noche.
¿Por qué nos es tan difícil sostener a un bebé en brazos y permitir un llanto, a veces desgarrador? Probablemente porque hay pocos adultos que hayan sido permitidos llorar cuando eran pequeños tanto como lo necesitaron. Es muy probable que nuestros padres hayan intentado constantemente parar nuestro llanto cuando éramos bebés. Quizás nos daban el chupete, o dulces, o nos meneaban cada vez que llorábamos, pensando que eso era lo que necesitábamos. Quizás nos distraían con juguetes, música, o juegos, cuando todo lo que necesitábamos era su completa atención y amor para poder continuar con nuestro llanto. Es posible que nos hayan dejado llorando solos en nuestra habitación hasta que nos callamos, o incluso nos hayan dado algún fármaco para calmarnos. (.......)"
¿Por qué nos es tan difícil sostener a un bebé en brazos y permitir un llanto, a veces desgarrador? Probablemente porque hay pocos adultos que hayan sido permitidos llorar cuando eran pequeños tanto como lo necesitaron. Es muy probable que nuestros padres hayan intentado constantemente parar nuestro llanto cuando éramos bebés. Quizás nos daban el chupete, o dulces, o nos meneaban cada vez que llorábamos, pensando que eso era lo que necesitábamos. Quizás nos distraían con juguetes, música, o juegos, cuando todo lo que necesitábamos era su completa atención y amor para poder continuar con nuestro llanto. Es posible que nos hayan dejado llorando solos en nuestra habitación hasta que nos callamos, o incluso nos hayan dado algún fármaco para calmarnos. (.......)"
Me gusta de esta mirada el poder acercarnos al llanto del bebé de manera sostenedora, acompañando, abrazando, dejando que exprese y libere tensiones, malestares o frustraciones. Es tan cierto que a veces necesitamos calmar urgente el llanto, porque nos despierta nuestros propios malestares. Pero el llanto es liberador, sanador, necesario.
Pienso en los llantos que son por cansancio después de un día movido, con visitas o consultas al médico. O esas etapas en las que ellos van explorando nuevos desafíos que les demandan un esfuerzo, concentración y alguna que otra frustración cuando el objetivo se les escapó.
Pienso también en las veces que el llanto del bebé nos hace sentir que no somos capaces de darle lo que necesita, como si falláramos en nuestra tarea de maternar. Pero si nos conectamos con esta otra cara del llanto, podemos calmar esas sensaciones y transitar esos momentos mas liberados, y sin tanta angustia para nosotros y para el bebé.