lunes, 1 de septiembre de 2008

Dos chicos




En un libro de relatos de Inés Arteta, llamado "Chicas bien" encontré un relato que me dió mucha ternura. Se llama "Dos chicos". No lo transcribo todo porque es muy largo, pero rescaté las partes que mas me gustaron. Espero que lo disfruten como yo.
Es la voz de una madre que va a cenar con su hijo. Parecen hermanos porque ella lo tuvo muy joven. Durante la cena él le pide que le cuente algo de cuando era chico, una anécdota, una historia..Y ella le hace este relato:

"Una vez un chico y una chica tuvieron un hijo. Eran tan chicos que las familias de los dos se ofrecieron a darles una mano. Era Enero. ....Hacía mucho calor. La madre del chico los invitó a que pasaran ese mes en la quinta de su familia. Iba toda la familia del chico porque había pileta.
El bebé tenía tres semanas y era la novedad para todo el mundo. Querían alzarlo, hacerle muecas, besarlo. Siempre lo devolvían llorando y la chica lo amamantaba para que se calmara. Se encerraba en el cuarto que les habían dado al fondo de la casa, porque en esa familia era mal visto amamantar en público. Ponía al bebé contra su pecho hasta que se calmaba. Salir de la multitud y encerrarse en ese cuarto era maravilloso. Había una calma muy dulce que contrastaba con el griterío de la sala....Casi siempre venía el chico detrás de ella y los miraba, callado...Iba al baño y traía el cambiador, el óleo, un pedazo de algodón y un pañal.
.... La historia que te estoy contando sucedió un sábado. La multitud se quedaba a cenar. Cuando la suegra dijo que estaban las lentejas en la mesa, el bebé empezó a llorar. Lloraba a los gritos. La chica lo llevó al cuarto, se sacó la remera y lo puso al pecho. El bebé trataba de mamar, abría la boca y chupaba, pero parecía que no conseguía nada, entonces lloraba mas fuerte. Ella no sabía que pasaba. El chico caminaba por el cuarto con las manos detrás de la espalda.
-No sé que le pasa -dijo la chica-comió hace menos de dos horas, tal vez le pase otra cosa.
-En esta casa se respetan los horarios-dijo el chico.

El bebé lloraba cada vez mas fuerte. Los pechos de la chica estaban inmensos y agarrotados, los pezones color violeta. Los tapó con la remera.

-Tal vez si trato de ablandarlos con calor-dijo la chica.

Le pidió al chico que sostuviera al bebé mientras dejaba correr el agua de la ducha sobre sus pechos. El bebé seguía llorando...Los pechos seguían como piedras.
Golpearon la puerta. Era la suegra.
-Chicos-bramó-está la comida.
-Andá vos-decile que no tengo hambre.

No hizo falta que él le dijera que en esa casa te sentabas a la mesa aunque no tuvieras hambre.
Al fin el chico se fue. Volvió: -Dice mamá que no se amamanta a la hora de comer.
Se quedaron mirándose un rato sin decir nada...
El chico se levantó de golpe, fue al baño y volvió con papel higiénico. Se lo dio a la chica para que se sonara la nariz. Después el chico la abrazó. Por encima de su hombro, ella podía ver al bebé todavía pataleando. El chico le puso el chupete y se calmó un rato, ya agotado. Se durmió...
El chico revolvió el bolso..Sacó sacaleche. Cuando la chica lo vio, se sentó sobre la cama rendida. El chico colocó el aparato sobre uno de sus pezones. Tiraba del tubo una vez, otra. La chica miraba hacia el costado. Le dolía, era un ardor muy fuerte con mezcla de picazón. Poco a poco el tubo empezó a salpicarse de gotitas blancas. El chico susurraba frases que la calmaban, que la hacían creer que pronto todo estaría bien. Decía: "sos la chica mas linda del mundo, tengo tanta suerte que estés conmigo, me volviste loco el día que te vi por primera vez en la calle, ibas en bici". Lo repetía y repetía, siempre en el mismo tono calmo y hablaba de cosas que iban a hacer los tres. La chica seguía sin poder frenar las lágrimas y un rato después el tubo se había llenado de leche hasta la mitad. Ese pecho ya estaba blando. El chico fue al baño y volvió con el tubo limpio y lo colocó en el otro pezón. Un rato después se había llenado el tubo hasta la mitad y ese pecho también estaba blando. El chico apagó la luz del cuarto, solo quedaba prendida la del baño. Se recostaron al lado del bebé. No sé cuanto pasó, pero cuando el bebé empezó a lloriquear de nuevo, había silencio en la casa. Ella lo puso en un pecho y el bebé mamó lo mas bien. El chico se fue, ella le dio de mamar de los dos pechos; se sentía feliz. El bebé se quedó dormido, lo puso en el moisés y estaba tranquilo.

El chico volvió con dos platos de lentejas, pan y una botella de vino. Comieron cuchicheando, recordando cuando estaban de novios y no podían aguantar vivir separados. Después salieron. Había una luna redonda más blanca aún que la de hoy, grillos, ranas. Hicieron el amor sobre el pasto, la primera vez desde que nació el bebé..".....

27 comentarios:

Natxo Rovira dijo...

Hola Verónica,

Gracias por tus palabras de consuelo en el blog de mi hijo David. Porqué consuela saber que su recuerdo no se queda sólo en mi corazón y que de alguna sigue viviendo en el de otras personas que recién empiezan a conocerle.

Gracias por tu compasión y solidaridad. Siempre reconfortan las caricias, así veo yo los comentarios dejados en su blog.

Un abrazo muy tierno desde Barcelona, y les deseo mucho amor y mucha suerte en la vida.

Verónica Tirados dijo...

Bueno Natxo, que me has dejado sin palabras.. Me emociona recibir tus palabras, porque me emocioné mucho con el blog que le dedicas a tu hijo.
Gracias por tus deseos. Y desde aquí, tan lejos, un abrazo también para ustedes.

Con cariño.
Vero

Vivi Briongos dijo...

Precioso... inmensamente conmovedor!!!!

Me gustó mucho tu mirada para con los temas relacionados a la maternidad

Cariños.

Astrágalo dijo...

Cada vez que entro en tu rinconcito y te leo, siempre pienso que eres la madre perfecta, me ha gustado tu relato.

Un abrazo.

Gilda dijo...

Vero , hermoso relato. Que lindo poder demostrarle a nuestros hijos cuando ya se dan cuenta ( o al menos cuando comprenden y pueden expresarse) lo mucho que los queremos.
Conmovedor relato sobre esto que transitamos que es la maternidad.

Besos.

Charo dijo...

Muy dulce! Gracias!
Pensaba en "-En esta casa se respetan los horarios-"; "No hizo falta que él le dijera que en esa casa te sentabas a la mesa aunque no tuvieras hambre." "-Dice mamá que no se amamanta a la hora de comer."
Qué difícil a veces cortar con los mandatos familiares. Más en el momento del nacimiento de un hijo con la sensibilidad de esos tiempos y la mirada permanente del afuera (y también la opinión).
Qué importante el apoyo del varón.

Pau dijo...

mmm que relato tan dulce y cuanto amor,cuanta ternura entre los tres!
Ellos(los tres) dentro de otra familia,creando otros codigos,otras logicas como suele pasar.
Que bello es sentirnos juntos en esos pequeños y largos momentos.
Hermoso post.

Vero espero y deseo que vos estes bien.Gracias por pasar por mi blog ya te repondi desde ahi.
Yo tambien extrañaba estar en la ronda blogera gracias ;).

London dijo...

Que relato tan dulce vero, me ha encantado. Al final el amrido hizo lo correcto y calmo a su mujer y asu hijo, me encanto. Gracias por tus animos. Besos

La Colo dijo...

Hermoso Vero, como siempre. Siempre las palabras justas en el momento indicado. Gracias por estar siempre ahi.
Besos.

Jorgelina dijo...

Que lindo!!
Conmovedor!!
Besitos

Marcela y Sergio dijo...

Conmovedor...
Saludos Nosotros

Verónica Tirados dijo...

Turca: bienvenida. Gracias por pasar y por tus palabras. Paso a visitarte.

Astrágalo, sería una exageración..Por suerte no soy la madre perfecta, pobres hijos si no!!! Gracias por pasar siempre.

Gil, es cierto, relatarles esas cosas a nuestros hijos para que dimensionen partes importantes de su historia, es un tesoro inigualable..

Charo, eso de los mandatos familiares. Es cierto, cuesta cortar, y manejar las situaciones. Más pensando lo vulnerables que estamos en tiempos de puerperios.

Pauli, si, ese microclima creado por los tres protagonistas del relato es genial..
El marido como decís vos Laia, terminó siendo lo que la mujer necesitaba, un sostén.

Colo. Hacía unos dias que no pasabas. Te extrañaba. Supongo que seguirías luchando con tu nuevo, nuevo, nuevo blog (jaja). Ya paso, espero que no lo hayas tocado!!

Jor, Marce y Sergio. gracias por pasar. Me alegra que les haya gustado.

Gracias a todos.
Cariños.
Vero

Xochitl dijo...

Lindo relato, conmueve el inmenso amor que se tienen los chicos, la fuerza que llevan dentro para salir adelante y la ternura para con su hijo.
Muy lindo

Susana dijo...

¡Qué bonito relato! Me ha gustado mucho, me ha hecho recordar cuando la vagueta de mi hija Julia no quería chupar de la tetea y había que sacarle la leche para que la tomara con biberón....
Por cierto, para las que somos del otro lado del charco ¿qué es "la pileta"?

Verónica Tirados dijo...

Hola Susi: la pileta es la piscina en este caso.
Gracias por compartir tu experiencia, que trabajito que habrás tenido ¿no?

Unknown dijo...

Hola Veronica, lo prometido es deuda y te habia dicho que con mas tiempo vendria a conocer a tu familia (asi sea virtualmente); aca estoy y encantada de estarlo.
Que relato mas bonito, hasta me dieron ganas de llorar, me hiciste acordar de momentos asi que pase ocn mi esposo en la dura experiencia que fue la lactancia para nosotros.
Me encanto, hermoso, realmente conmovedor.
Seguire pasando a visitarte, por ahora te dejo un abrazo a ti y a tus bomboncitos.

Verónica Tirados dijo...

Hola Françoise. Gracias por pasar. Es un placer, sabes que me encanta leerte. Así que bienvenida y nos seguimos leyendo.
Cariños.
Vero

Verónica Tirados dijo...

Xo: viste que lindo?
Me alegro que te haya gustado.
Besitos

gringa dijo...

Que hermoso relato ,la verdad conmovedor,gracias por compartirlo,un beso enorme

Porelchocolate dijo...

que bello vero, siempre tus palabras que traen luz en diferentes formatos, al alma!
cuanta ternura, amor, aprendizaje!!!

Xochitl dijo...

Vero es increíble que tengas tantas historias, anécdotas y viviencias para contar.. estas llena de experiencia. Me encanta leerte de verdad.
Un beso

Soledad dijo...

Que lindo Vero !!! Me hiciste recordar mi historia, yo tuve a mi hijo muy chica... crecimos juntos. Besos.

Verónica Tirados dijo...

Gringa, gracias a vos por pasar siempre..

Viole, siempre es especial que pases por acá..gracias

Xo: la verdad es que estos relatos reflejan historias que uno puede encontrar mirando a su alrededor, como dice Sole en su comentario. Mi profesión me ha dado este gran tesoro de conectarme con historias de vida diferentes, experiencias de todo tipo. Soy una agradecida por eso...

Sole, que experiencia la de haber crecido juntos!! ¿no?.

Cariños a todas...

Vero

Rossana Vanadía dijo...

Mi vecina acaba de tener una beba. Es tan clara la situación descripta que ya le imprimo esto y se lo doy. Mi vida, me dice, "no sé que le pasa" y yo la consuelo. Besos.

Verónica Tirados dijo...

Hola Ro: imprimile nomás, ojalá le sirva....

Beso
Vero

Marina dijo...

Qué relato fuerte... cuanta incomprensión de un lado y cuanta presión... y esos impulsos e instinto de esa mamá por actuar según su corazón...
Gracias por tu comentario... parece que me conocés a través del monitor...
Un besito enorme!!!

Verónica Tirados dijo...

Hola Mari: Incomprensión, presión, impulsos, actuar según el corazón..Lo has dicho todo...

Y acerca de vos.. Es cierto, parecemos conocernos por el monitor. Estos vínculos virtuales resultan ser mas fuertes de lo que uno imagina. Y a mi me encanta que así sea.
Cariños. Y vuele nomás...

Vero