Las demandas de los chicos, los tiempos que corren por carriles particulares, las vivencias que les traen el crecimiento, el registro de los otros, los deseos que no se pueden cumplir.
Tanto se ha escrito sobre límites que termina por marearnos o desvirtuamos lo importante de ponerlos. Pero no desde el estricto lugar de NO porque NO. No desde la lucha por ver si el poder es nuestro o de los hijos.
El límite desde el amor, ese que nos enseña que hay otros seres humanos con necesidades distintas a las nuestras. El que nos recuerda que esperar y tolerar es sano, necesario y positivo. Ese que nos hace pertenecer a una familia, a una sociedad. El que nos hace pasar de ser unos bebés que lloramos para pedir, a ser niños y luego adultos inmersos en la palabra, en el decir, contar, pedir y tolerar.
Ese límite que nos cuenta que no todo es posible sin morir con el descubrimiento. El que nos hace buscar caminos diferentes para buscar eso que queremos obtener.
El límite que nos marca hasta donde puedo llegar con ciertas cosas y personas.
El que nos frustra para volver a empezar.
El límite que se va haciendo presente desde esa vivencia de que mamá tiene otras cosas aparte de cuidarme y responder a mis pedidos. El que aparece cuando ella se va y regresa.
El que se siente cuando me dice "esperá". Sin que eso signifique desamor o abandono.
Muchas veces nos cuestan los no. Otros los dicen en exceso.
Podemos sentirnos malos, duros, sobretodo cuando la respuesta de los niños son berrinches, llantos, malestar.
Pero el gran tesoro que traen estas vivencias es preparación para la vida, para el registro del otro, para la convivencia en diferentes ámbitos.
Siempre pienso que cuando nuestros hijos salen al mundo comparten espacios donde no son "unicos", habrá otros niños, maestros, luego profesores, jefes, compañeros de trabajo y así muchas relaciones. Y las relaciones con los otros siempre traen algunos no, otras tantas frustraciones, y la necesidad de poder acomodarnos para vivir, para convivir, compartir, crecer y caminar desde allí.
Liliana González en su libro "Amor, sexualidad y educación" describe algunos límites estructurales que esta bueno compartir:
"Límite al pecho, a la higiene hecha por mamá cuando ya pueden solos, al nudismo de los adultos, ente otros.
Límites para organizar tiempos y espacios para poder crear hábitos y rutinas.
Límites para proteger su vida: enchufes, techos, balcones.
Límites para preservar a los padres. Donde no se permitan las agresiones verbales ni físicas a los padres.
Límites para cuidar los objetos, como guardar y reparar juguetes para valorarlos.
Límites para distinguir lo propio de lo ajeno. Límites para aprender a convivir: compartir, colaborar, no agredir, esperar.
Aceptar un límite es renunciar a un deseo y eso no es fácil para nadie. Si lo hace es por amor a los padres, o porque termina entendiendo que un NO paterno protege, cuida, ampara, contiene."
Esas cosas pensaba. De estas cuestiones hay mucho para pensar, y cada uno tomará lo que le sirva, aprendemos mientras hacemos. Cuestan los no, pero que necesarios son..
15 comentarios:
Que claro y sencillo lo explicás, no hay duda los límites son tan necesarios como el alimento y el abrigo, son parte del crecer para a futuro poder ser personas sociables que aceptan normalmente las pautas de convivencia. Como bien decis en la vida de niño, adolecente, joven y adulto te enfrentás a tantos no. Es necesario aprender a superar la frustración. Me encantan estos temas de crianza, sin duda muchos senderos, besos tía Elsa.
Ufff grande Vero, ya viendolo asi es mucho menos doloroso. Yo toda esa teoria me la digo a mi misma (obvio no de la forma tan estructurada y sabia como tu lo haces. zapatero a tu zapato) pero me cuesta cuando veo a mi hijo llorar. Y es que a veces no se que hacer, porque como el esta creciendo, obviamente su animo por descubrir todo lo invade y en ocasiones siento que le corto las alas. Claro hablo de cosas que no atentan contra su bienestar, logicamente si va a meter los dedos en el enchufe le digo no enfaticamente asi llore durante horas. A veces me digo que lo dejo hacer por ahora y que cuando crezca y entienda se lo voy a prohibir, enseguida me contradigo pensando que si lo dejo hacer todo eso ya y luego despues de muchos dias le digo que No, el no va a entender. Perdida, no? trato de hacer las cosas pensando en su bienestar, pero a veces me pierdo. No se cuales limites debo ponerle o como explicarselos, si es tan chiquito... en fin... ahi voy, o vamos, entre los dos, tratando de aplicar logicas paternas, todo en pro del bienestar de Luciano. Aprendiendo cada dia.
Me alargue mucho, cierro diciendote que este post me encanto, porque aterrizas muchos de mis sentimientos.
Un beso!
Los No es una muestra mas de amor de los padres a los hijos...
Un besote
Teresa
Vero ultimamente estoy en esto que planteas con mi hijo... No entiende el "esperá"... y quiere todo ya, a su tiempo... y no sé cómo hacerle entender que todo ya no se puede, que no´están solo las necesidades de él primero...
Y me doy cuenta, que a veces, por mi propia comodidad, para no escucharlo llorar o sus gritos insistentes de que quiere algo, salgo corriendo ante su pedido... y ahi estoy errando yo...
Y pienso cuando entre a la escuela, cuando se dé cuenta que la maestra no está sólo para él, que si o si va a tener que esperar, que no puede hablar él siempre primero y todos tiene que escucharlo...
Así que estamos intentando poner límites, poner tiempos... crecer, en definitiva...
Besotes!!!!!!!
Los límites son muy necesarios, pero muy necesarios al igual que cualquier muestra de afecto o necesidad física básica. Son parte de la vida y ellos tienen que aprender a respetar los límites, a respetar a los demás y aprender unas normas de convivencia social sin dañarse a sí mismo ni a los demás.
Para las madres en muchas ocasiones es muy dificil establecer los límites y hacer que los hijos los cumplan pero sino lo hicieramos no les estaríamos haciando ningún favor.
Muchos besos
y QUE DIFÍCILES SON LOS no CUANDO se està pasando por situaciones dolorosas como enfermedades,duelos,perdidas...
terrible
Ay Vero!! Inmensas gracias! Por hacer de esto que me inquieta y angustia algo tan claro y menos incómodo! Cuando ví el título de tu post vine inmediatamente, y la sorpresa de tu link a mi post me emocionó mucho. Tu lucidez puso muchas respuestas ahí donde había confusión. Gracias otra vez (con mucho cariño).
Besos!!
Vero definitivamente estoy de acuerdo, los NO cuestan, duelen, pero es parte del crecimiento y maduración de nuestros hijos. A nadie le duelen mas los NO que a nosotros lo padres, pero debemos poner límites o nos pasan por encima.
Lindo tu post..
Besotes !!!
HUY LO QUE ME ESPERA...JAJAJA QUE DIFICIL PERO QUE NECESARIO ESTABLECER LOS LIMITES EN SU MOMENTO JUSTO!!!
MAS ADELANTE VERE COMO LLEVO ESTE TEMA!
ABRAZOS....
Estamos en ese preciso momento en que nuestro hijo comienza a deambular (a su manera) por toda la casa queriendo tocar y estar en todos lados. Pareciera que lo prohibido le interesa más y el intentar poner límites nos crea muchas dudas si realmente lo estamos haciendo bien. Luego de leer este post estamos convencido que así es.
Como siempre es muy grato pasar por aquí , leerte.
Saludos Nosotros
Los límites en los niños son muy difíciles de poner, hay multitud de ocasiones que no sabes dónde colocar el NO. Para que no se sientan inseguros, o para que se sientan seguros? Para el control, o el auto-control? ¿Hasta dónde deben llegar los límites de mi niño...? El niño del vecino llega hasta aquí... ¿Y el mío...? Las dudas surgen a cientos con el tema de los límites y el NO. Para mi gusto, es una de las cosas más complicadas del tema educacional.
VEROOOO DONDE ESTAS???
ABRAZOS, TE ESPERO EN EL BLOG!
Que importante es un NO a tiempo,siempre digo que prefiero que llore ella porque algo no se le permite y No nosotros mañana,comparto todo los comentarios un No es una señal de amor,aunque nos duela es necesario para que nuestros hijos crezcan sanos fisica y emocionalmente,un buen post para seguirlo un abrazo
Un no, pone límite y cuan importantes son a veces. Nos hace pensar, detenernos, discernir.
Hablan de eso, del límite.
un cariño
Muy claro el post!! Lo leí hace unos días y me quedé pensando. Cómo saber el cuándo? Cuándo está preparado para tal o cual cosa. Porque puede que tratemos a nuestro hijo como un bebé cuando ya no lo es ("es chiquito" o peor "pobrecito") o también que le exijamos cosas para las que no está preparado todavía. En otras palabras, como encontrar el término medio y no pecar por exceso ni por defecto.
Besos!!!
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