martes, 14 de julio de 2009

Transformarse


Se ha transformado el blog, como lo hizo mi trabajo.
Como lo hicieron mis tiempos.
Como lo hacemos todos al andar.
Como se transforman nuestros hijos ante nuestros ojos.
Porque crecen, porque expanden su mundo.

Porque alcanzan espacios que apenas los vemos chiquitos en nuestros brazos no podemos dimensionar.

Y esta transformación de los hijos son parte de la nuestra.
Porque no somos los mismos. Porque una vez que los hijos llegan, cambiamos prioridades, dejamos cosas, tomamos algunas otras.
Nos conectamos con nuestro ser interior de un modo mas profundo.
Nos transformamos en lo real, y hasta en lo que fantaseamos que seríamos una vez que la maternidad nos alcanzara.
Entonces el "nunca les voy a decir a mis hijos tal cosa que mis viejos me decían a mi...." no siempre podemos cumplirlo. Y hasta llegamos a entender desde donde nos decían, o nos pedían o nos aconsejaban. Otras cosas no las entenderemos, pero eso es parte del crecimiento también. De armar nuestra propia forma.
En ocasiones intento recordar como era aquella lejana sensación de no tener a nadie que dependa de mi. No me sale. Y eso a mi me gusta. Aunque en algun momento el "respiro" se haga necesario.
Cada vez que viajé para asistir a algun congreso, planeaba ansiosa, "tres dias sin obligaciones, sin demandas de los chicos...." Y siempre me volví antes... Aunque sea unas pocas horitas, pero es como si un relojito interno estuviera programado en relación a la tolerancia al distanciamiento de casa.. Me sale así.
Transformaciones. Cambios. Crecimiento. Encuentros.
Un poco de todas las cosas en las que ando pensando..

9 comentarios:

BLAS dijo...

Hola Verónica! Ante todo decirte que me encanta el cuadro que has elegido para ilustrar el artículo, es una preciosidad.
Y por otro, darte toda la razón, ni más ni menos. De mi yo anterior a tener a mi niño, casi ni me acuerdo, apenas quedan resquicios, creo que era muy diferente a mi yo actual. Otras prioridades, otros pensamientos, otros sentimientos... Y como bien dices, aunque a veces hace falta ese espacio que todos los humanos necesitamos, el hueco que en él se han hecho los hijos, deja un vacio demasiado sonoro como para mantenerlo por mucho tiempo. Es como el dicho de: "Ni contigo ni sin tí tienen mis males remedio" ... Y ahora que crece cada vez más rápido, duele un poco notar cómo se vá alejando de mi espacio y haciendo el suyo propio. Y eso que es aun chiquito, ni pensar en cuanto tenga un par de años más, lo voy a pasar fatal echando en falta a mi bebé. Aayyynnns, esto de ser madre..
Besos!!

Johana dijo...

Pues hasta yo quisiera tambien por momentos recordarme un poco como era andar por la vida tan ligera de equipaje...pero, esto de la maternidad es como decia San Agustin: "En el amor no hay "sacrificio" y si lo hubiera, el mismo sacrificio llegaria a ser amado"

Un abrazo muy grande, nos quedamos por aqui mientras mueves los muebles como parte de la transformacion..jejeje...

Marcela y Sergio dijo...

De transformaciones, modificaciones, de eso se trata la vida no?.Las prioridades se modifican con la aparición de los hijos, sin lugar a dudas. Todos necesitamos ese momento único, particular, propio. De todas formas, ante el mínimo requerimiento de parte de ellos ahí estaremos. Sea como fuere.
Se la extraña señora.
Saludos Nosotros

tia elsa dijo...

Y es asi Verónica, estamos todo el tiempo cambiando, transformándonos, a veces hasta sin darnos cuenta, pero son buenos los cambios cuando van acompañados de un crecimiento personal, de una compresión de uno mismo y de los otros. Coincido con lo que comentás en tu post acerca de aquello que decimos no voy hacer como mis padres, no le voy a decir, pero a veces caemos en lo mismo porque solo los comprendemos cuando estamos en situaciones similares, Te mando un besote tìa Elsa.

Evohé Mar dijo...

ES CIERTO ...YO YA NO SOY "AQUELLA". CUANDO HAGO MEMORIA , CASI NI ME RECONOZCO . SOLO SE QUIEN SOY DESDE QUE FUI MADRE ...Y ME GUSTO MUCHO.

KL@U dijo...

claro que todo cambia que delgada es la linea para no olvidarse de uno.....las cosas se miden de otra forma,eso de ser necesitada se experimenta lindo aunque a veces agobie!

es parte de lo que uno elige cuando decide tener un hijo ,es renunciar a mucho pero cuanto ganamos!



abrazos...........

Xochitl dijo...

Es verdad que el tiempo y las circunstancias nos transforman.. nos transforma el trabajo, los hijos, las amistades.. y yo quisiera a veces permanecer estática, conservar un poco de ese tiempo que se escapa como agua para retener a mis hijas y que no crezcan nunca.
Es dificil porque a la vez una quiere que vuelen, que crezcan, que vivan su vida pero sin dolor, y es ahí donde por fin entendemos a nuestros padre y eso que mencionas "yo no les voy a decir a mis hijos lo que me decian mis padres" se vuelve una realidad, una verdad que en su momento no entendimos..
QUien nos enseña a ser padres ?? nadie,la vida supongo.

Un abrazo, buenísimo tu post

Anónimo dijo...

Es tan real tu post Vero...dejarse transformar por la llegada de los hijos es una experiencia maravillosa y enriquecedora...el otro día hacíamos memoria con S. sobre como era nuestra vida antes de Valen y tuvimos que hacer mucha memoria para atraer a los recuerdos....los hijos nos cambian y nos ayudean y enseñan a evolucionar como seres humanos, ni mas ni menos!

Besos Vero...un placer como siempre pasar por acá.

London dijo...

Vero los cambios, la transormacion, evolucionar... son parte de la vida.
Espero que todo vaya bien. Besos